Iván Arenas

¿Por qué sube la aprobación a Castillo en las encuestas?

Cinco posibles explicaciones del extraño repunte presidencial

¿Por qué sube la aprobación a Castillo en las encuestas?
Iván Arenas
31 de agosto del 2022


Existen varias interpretaciones y reflexiones sobre los sostenidos aumentos de la aprobación presidencial, no obstante todas las investigaciones en contra del mandatario, además de los indicios de posible corrupción de sus familiares más cercanos. 

Pese a que hay un núcleo duro de activos votantes / simpatizantes de izquierda, que ronda entre 15% y el 20% (la “minoría activa”) y de una oposición paralizada que grita todo el día la vacancia por la vacancia, vale nuevamente citar la pregunta que titula esta columna, ¿por qué crece la aprobación a Castillo en las encuestas? O en todo caso ¿por qué no cae luego de todos los yerros, denuncias e indicios en su contra? Para el suscrito, no solo hay una respuesta, sino varias:

Una primera sería que hay una nueva relación entre gobierno y las organizaciones “sociales”. Meses atrás los asesores palaciegos empezaron a desarrollar una nueva forma de relación directa entre el Ejecutivo y esas organizaciones, sin intermediarios. A la vieja usanza del velascato, los asesores palaciegos empezaron a generar reuniones multitudinarias con líderes y operadores de organizaciones de base de todo el Perú. Así, el Gobierno y Castillo lograron establecer una relación directa con operadores políticos, sin el puente o intermediación de Perú Libre, el partido natural, ni de la izquierda denominada caviar.

Una segunda razón sería que el gobierno ha logrado construir y difundir –con persistencia e insistencia– un marco explicativo muy poderoso de la actual crisis de gobernabilidad. En ese marco explicativo, relato o narrativa, el Gobierno castillista se erige como un anti establishment permanente frente a un supuesto “poder limeño” que “no quiere al hombre de campo”, a un “Congreso corrupto y fujimorista”, a una “prensa capitalina”, o a “los empresarios” del monopolio, entre otros, que “solo buscan su vacancia”. De allí, por ejemplo, que hoy en mundo popular se piense que la culpa de la subida de los precios de los alimentos es por la concentración y los monopolios empresariales; o que Harvey Colchado dejó escapar a Alan García a Suiza, y ahora se quiere vengar de la familia presidencial. 

Una tercera razón que explica que Castillo avance en las encuestas, a pesar del Gólgota que padece, está en esa poderosa red y maquinaria de prensa regional y local, cuyos periodistas defienden día y noche a la representación política que cubre al mandatario. ¿Y cuál es esa representación política? La del hombre de campo que busca la nueva Constitución, no socialista sino antilimeña.

A todo lo anterior debemos añadir el uso intensivo de las redes sociales en las regiones y provincias; redes sociales (para nada limeñas) que se expanden y crean espacios de conversación que produce y reproduce sentidos comunes (narrativas, marcos explicativos). Con la añadidura de una legión de seguidores que debate y comparte las publicaciones a favor del Gobierno y en contra de la oposición. Es decir, ha construido un ellos-nosotros bajo la lógica política del amigo-enemigo, utilizando las redes sociales que, por su inmediatismo y costo casi cero, son sumamente efectivas.

Una cuarta razón es la utilización a su favor de la sociedad nacional: del mundo emergente y los mercados populares y la sociedad económica informal. La alianza con los mineros informales o los pequeños y medianos negocios y emprendedores del grande y variado sector turístico y de servicio, entre otros, demuestran que –al margen de su mera utilización política– en el Gobierno hay una buena lectura de la sociología nacional. 

De alguna u otra manera también podemos decir que Castillo y sus asesores palaciegos desarrollan una intensa batalla cultural para imponer marcos explicativos, narrativas potentes frente a la confusión de la oposición realmente existente. No obstante también que –para ser honestos–, al margen de algunas iniciativas anti mercado y pro estatales, su Gobierno aún no ha herido de muerte a eso que ellos llaman el “modelo neoliberal”. Y todo indica que han advertido que, por ahora, no hay condiciones objetivas para desarrollar la asamblea constituyente.

Iván Arenas
31 de agosto del 2022

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