Paz, desarrollo y democracia

Tras la captura de Castillo y la asunción de Dina Boluarte de la presidencia el país se sucedieron una serie de protestas que camuflando la presencia y participación de militantes de Sendero Luminoso promoviendo acciones terroristas: toma de aeropuertos, incendio de oficinas públicas y privadas. El Gobierno demoró demasiado en poner freno a una situación caótica, lo que finalmente se hizo con el establecimiento del estado de emergencia nacional y el toque de queda (autorización para la intervención de las fuerzas armadas y policiales), en aquellas regiones del país en las que era necesario.

En el ínterin, se dictaría por parte del Poder Judicial, una prisión preventiva de 18 meses para el ex presidente Pedro Castillo por los delitos de rebelión y conspiración, al igual que comparecencia periódica para Aníbal Torres. Y como una especie de recomposición de fuerzas orientadas a la desestabilización, se operaría la renuncia de algunos ministros vinculados con el grupo denominado caviar, aduciendo su “dolor” por la muerte de conciudadanos ocurrido en las manifestaciones señaladas. esto además estuvo acompañado de la determinación de algunos congresistas que, pretendiendo modificar el sentido de la votación sobre el adelanto de elecciones, intentaron introducir la convocatoria para el cambio de Constitución, impidiendo que el acuerdo prosperara.

Estamos siendo testigos de la ejecución de una estrategia de desestabilización e ingobernabilidad que combina acciones legales (Congreso) e ilegales (la calle), ambas asentadas en el terror y la violencia; una estrategia impulsada por el partido Perú Libre y sus dirigentes públicos y clandestinos. Allí están los tuits amenazantes de Guido Bellido: “Señora Dina Boluarte, por el pueblo que indirectamente te eligió y por nuestros hermanos que han sido asesinados, ¡renuncie! Elecciones generales 2023 con referéndum para nueva constitución, es la voz de millones de peruanos”. “Ni crean que la Presidencia de la República la va asumir Williams Zapata y la del Congreso Martha Moyano después de la renuncia de Dina Boluarte, eso de ninguna manera, se tiene que elegir una nueva Mesa Directiva democrática en el Congreso”.

De modo que, ingresamos a una nueva coyuntura, desafiante de la estabilidad, en la que la renuncia de la presidenta, el adelanto de las elecciones y la instalación de una Asamblea Constituyente son las banderas de los anarquistas y extremistas que, al apropiarse de muchas demandas justas de la población, se orientan a la captura violenta del poder. Entre tanto, las marchas por la paz, el llamado de la Iglesia católica y las acciones de “contención” de las fuerzas armadas y policiales, van marcando el contrapeso requerido en estos momentos en términos de asegurar los niveles de paz que se necesitan.

En realidad, lo que se halla en curso es, en términos ideológicos, la lucha por fortalecer la democracia o entregar al país al terror o la dictadura de un sector que, tras la máscara de socialismo, intenta desde hace mucho tiempo apoderarse del Perú.

Como telón de fondo de las horas de terror que venimos viviendo, pareciera surgir entre la humareda de las llantas quemadas y la acumulación de basura, disparos, explosiones, incendios y muerte, la voz desafiante al sistema democrático en las palabras de Manuel Gonzales Prada: “Niños, sed hombres, madrugad a la vida, porque ninguna generación recibió herencia más triste, porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni venganzas más justas que satisfacer".

Esperemos que no sea demasiado tarde para los peruanos. Y en especial para que aquellos que vienen apoyando estas acciones y colaborando con la implementación de la estrategia terrorista, se den cuenta que su apoyo marcha en sentido contrario a la dirección que el país requiere: paz, desarrollo y democracia.