Alejandro Arestegui
Otra final inédita a la vista
Múnich será la sede de la cita futbolística más importante del año

Este sábado 31 de mayo tenemos uno de los eventos deportivos más esperados del año: la final de la UEFA Champions League. En esta ocasión tenemos una final inédita nunca antes vista entre el PSG (París Saint Germain) de Francia y el Internazionale italiano, más conocido como Inter de Milán. La cita futbolística nos llama el sábado 31 a las 14:00, hora peruana. Ahora, hablemos un poco acerca de las implicancias deportivas y económicas de esta final la cual se celebrará en el estadio Allianz Arena de Múnich.
Esta es la primera final de la Champions bajo el nuevo formato, denominado “fase de liga”. Esta innovación implantada desde la temporada 2024/25 reemplaza al antiguo sistema de ocho grupos de cuatro equipos cada uno por una liga de 36 equipos. Muchos consideran que ese nuevo formato fue en respuesta a la presión que sufrieron hace unos años las autoridades de la UEFA con la amenaza de la creación de una Superliga europea. Esta nueva liga hace que cada equipo dispute la friolera de ocho partidos (cuatro de local y cuatro de visitante) y se clasifiquen a la ronda posterior los 24 primeros equipos. Lo curioso de este formato es que hay equipos que se han clasificado “rozando”.
En esta ocasión fueron tres equipos (el Manchester City de Inglaterra, el Sporting de Portugal y el Club Brujas de Bélgica) los cuales se clasificaron ganando solamente 3 partidos de la fase regular. Por otra parte, el finalista francés Paris Saint Germain no terminó dentro de los ocho primeros, por lo que disputó una ronda de playoffs adicional para poder acceder a los octavos de final. Esto marca una controversia con el nuevo sistema, ya que debido a los sorteos en octavos de final convenía más terminar dentro del puesto 9 al 20 que terminar dentro de los ocho primeros. De hecho, de los ocho primeros equipos clasificados en esta fase de liga sólo dos pudieron llegar hasta semifinales (el Arsenal, que fue eliminado por el PSG; y el Barcelona, eliminado por el propio Inter de Milán).
El flamante campeón defensor, el Real Madrid, fue vapuleado en cuartos de final con un contundente global de 5-1 por el equipo londinense Arsenal, marcando así el fin de la era Carlo Ancelotti en el banquillo de los madrileños. Por otra parte, su eterno rival, Barcelona, se quedó a puertas de jugar la final, pero fue vencido en la prórroga por el Inter de Milán. Por lo expuesto, esta final es inédita, pues el Inter de Milán nunca se ha enfrentado al PSG en una final, de hecho, nunca se han enfrentado en un partido oficial ¿El premio? Pues la gloria máxima, estar en la cima del fútbol mundial, pasar a los libros de historia de la competición…y 25 millones de euros por ganar la final. A esto debe sumarse los millones adicionales que ingresarán por derechos televisivos y de imagen.
Por el lado del Inter de Milán, el equipo italiano estará disputando su segunda final en tres años. En cuanto a su equipo, el bloque principal de jugadores se mantiene bajo la dirección del entrenador Simone Inzaghi y poco se puede hablar sobre las nuevas incorporaciones que realizaron el pasado verano. Su fútbol se caracteriza por ser bastante defensivo, con marcas asfixiantes y una transición ofensiva bastante rápida y un contraataque contundente. Para este tipo de juego el Inter cuenta con jugadores de extraordinaria calidad como lo son el capitán argentino Lautaro Martínez y el delantero francés Marcus Thuram, teniendo como suplente al iraní Mehdi Taremi y al serbio Marko Arnautovic. Así mismo, para desplegar su juego ofensivo utilizan carrileros los cuales constantemente suben y bajan el campo para cubrir espacios y ayudar con la defensa y ataque respectivamente, aquí destacamos a Federico Dimarco y al brasileño Carlos Augusto en la izquierda, mientras que por la diestra cuentan con el neerlandés Denzel Dumfries y Matteo Darmian.
En el medio campo los italianos cuentan con jugadores bastante veteranos y curtidos como lo son el turco Hakan Çalhanoğlu y el armenio Henrikh Mkhitaryan, así como italianos como Nicolò Barella o Davide Fratessi (este último marcó el gol de la clasificación contra el Barcelona). Quizás lo más importante del Inter sea su defensa compuesta por auténticas torres como lo son los jóvenes Davide Bastoni y el alemán Yann Bisseck, los veteranos Francesco Acerbi, Benjamín Pavard y Stefan de Vrij. Por último, el Inter tiene en el arco al experimentado guardameta suizo Yann Sommer.
Por el lado del Paris Saint Germain, este es el segundo año que el catalán Luis Enrique dirige al cuadro parisino, habiendo ganado absolutamente todos los trofeos locales, e incluso la semana pasada golearon al Reims 3-0 en la final de la copa de Francia. A pesar de haber sufrido la importante baja de Kilian Mbappé (que fichó por el Real Madrid), el grueso del equipo se mantuvo e incluso realizó algunos interesantes fichajes el verano pasado. A diferencia del Inter, el estilo de juego del PSG es mucho más ofensivo, dinámico, menos físico y prioriza la posesión del balón. Para lograr estos objetivos cuenta con jugadores de extrema calidad, muchos de ellos juegan tantos años juntos que ya logran automatismos propios de un equipo de élite.
En el ataque es donde quizás más brilla el PSG, contando con jugadores como los franco-africanos Ousmane Dembélé, Désiré Doué y Bradley Barcola. A ellos se suma la incorporación en enero del delantero georgiano Khvicha Kvaratskhelia, el cual conoce bastante bien al Inter tras haber jugado dos temporadas y media en el Nápoles. En el mediocampo parisino se cuenta con el tridente inamovible compuesto por los portugueses João Neves y Vitinha; así como el español Fabián Ruiz. Los dos laterales casi permanentes en el once inicial son el portugués Nuno Mendes por la izquierda y el marroquí Acrhaf Hakimi por la derecha, ya en la defensa se cuenta con el experimentado capitán brasileño Marquinhos y la reciente incorporación: el joven ecuatoriano William Pacho. Los 3 palos del equipo francés están resguardados por el italiano Gianluigi Donnarumma.
La mesa está servida para todos los aficionados y fanáticos del fútbol este sábado 31. Múnich será la sede de la cita deportiva más importante del año, la cual tendrá como protagonistas a dos equipos que nunca se han enfrentado entre sí. Dos estilos de juego, dos filosofías diametralmente distintas una de la otra, solo una podrá imponerse y llevarse la “orejona”. Quizás los espectadores neutrales seamos los que más disfrutemos de esta final, la cual promete muchas emociones y sobre todo, un espectáculo propio del mejor fútbol mundial.
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