¡No se gobierna con trolls!

En estos últimos días la estrategia de comunicación digital palaciega ha sido inundar mucho más con bots y trolls (cuentas o perfiles falsos) ese mundo ancho y ajeno de las redes sociales, al punto de que su virulencia ya no admite ligeros disensos. Para entender lo anterior basta revisar los bulos y fake news que se desarrollaron contra la todavía ministra de Economía, María Antonieta Alva, en el día de su posible dimisión al gabinete Zeballos. En ese entonces, los trolls desplegaron tal ofensiva, contra la ministra y algunos de sus familiares más cercanos, que dejaron claro que ante cualquier desacato no se admitían amagues. 

La comunicación política del Gobierno vizcarrista ha fallado. ¿Cómo así? Como la política también es la guerra por el relato, en una columna pasada señalé que la narrativa que el Gobierno desarrollaba era culpar a una parte de la sociedad de los contagios masivos del Covid-19, y que finalmente la extensión de la cuarentena era por este motivo. En ese relato Vizcarra quedaría como el “hombre hecho para las crisis”. En las primeras semanas, la narrativa estratégica funcionó, al punto de que el onomástico del presidente fue presentado por algunos medios y periodistas como el éxito preventivo de una gestión ante el mortal virus. Las encuestas dispararon la aprobación presidencial. ¿Lo recuerdan?

Algunos medios y periodistas, que son la base real y social del Gobierno, apoyaron tal estrategia palaciega y le dieron concesiones impensables, como aquella metodología de conferencia de prensa sin periodistas y con preguntas elegidas, que atenta contra la libertad de prensa y expresión. A pesar de ello, callaron en mil idiomas. En las redes sociales, se libraba una auténtica guerra de guerrillas, donde se imponía la tendencia que los bots pro gobiernistas querían.

No obstante, el relato oficial ha fallado. El poder desgasta y desgasta más si no se sabe lo que se va a hacer. Luego de la cuarentena, que fue una decisión correcta, el Gobierno tuvo yerro tras yerro. La no compra de pruebas moleculares, las denuncias diarias de médicos y enfermeros reclamando equipos, la no implementación de una estrategia comunitaria que arrincone el virus, la casi probada corrupción en instituciones oficiales, la falta de capacidad en el Ministerio de Salud y la escasa coordinación con los gobierno locales y regionales, amén de varios otros yerros más, han revelado que en el Gobierno no había mayor estrategia que la del aislamiento social-militar y punto.

Y el relato oficial también ha fallado cuando los aliados del ayer desnudan que la cifra oficial de muertos no es la verdadera. Como cereza del pastel, una ONG ex aliada del Gobierno, y que reveló las cifras de fallecidos, denuncia que su página en las redes sociales ha sido saboteada por ¡trolls aparentemente del Ejecutivo!

Hoy los estrategas comunicacionales del Gobierno parecen confiar que las redes sociales son el terreno fértil para darle vuelta a la torta, cuando a todas luces se ha formado ya la opinión popular de que el Gobierno ha sido ineficiente en la crisis. Por eso ahora se recurren a bots y a trolls para generar tendencias a favor o en contra de tal persona o hecho. No solo eso, se llega a la lapidación, como lo que se quiso hacer con la ministra Alva, funcionaria del propio Gobierno, y se hace todos los días con los críticos del Ejecutivo. 

¿Cuánto dinero se está gastando en inútiles campañas de bots en redes? ¿Quiénes manejarán los hilos con que se confeccionan las fake news? ¿Qué empresas son las beneficiadas? Tiempo al tiempo. Por ahora, solo queda decir que la estrategia comunicacional es un fracaso porque la estrategia política también ha fracasado. ¿Quién aconsejó que se gobierne con trolls?