David Auris Villegas
Networking como estrategia de posicionamiento académico
Fortalece nuestra marca personal y nos permite posicionarnos como referentes
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En los pasillos universitarios coincido con colegas que cuentan con dos doctorados y tres maestrías, además de destacadas calificaciones. A pesar de sus impresionantes credenciales, muchos de ellos aún buscan oportunidades en la cátedra universitaria, lo cual sugiere que no aprovechan el networking como una estrategia de posicionamiento académico.
Dado que vivimos en un mundo de altísima competencia, gestionar nuestra marca personal es un factor crucial para alcanzar el éxito. En este proceso de desarrollo nos ayuda el poder del networking, “el arte de crear, mantener y expandir nuestras redes de contactos, generando relaciones de confianza”, según el experto español Antonio Domingo.
Al construir nuestra marca personal, logramos atraer a otras personas y generar interés por parte de académicos y universidades, quienes nos buscarán por nuestra reputación. Para lograrlo, enfoquémonos en crear contenidos de alto impacto dentro de nuestro campo, como publicar libros, dictar conferencias, entre otros. Esto nos permitirá consolidarnos como expertos y autoridades en nuestra área de conocimiento.
No basta producir contenidos; para posicionarnos como académicos, necesitamos aprovechar el networking. Esto implica construir relaciones interpersonales sólidas y conexiones profundas con diversas personas e instituciones, especialmente dentro del ecosistema de la educación superior.
Hoy en día, con el poder de Internet y la inteligencia artificial, un académico cuya imagen no esté presente en Google probablemente pase desapercibido. Por eso, es esencial involucrarse activamente en las redes sociales como LinkedIn, para compartir nuestros logros y aumentar nuestra visibilidad.
No obstante, esa visibilidad, que actúa como nuestra carta de presentación al mundo, debe ir acompañada de una sólida reputación académica y personal, que refleja nuestro patrimonio académico y moral. De lo contrario, corremos el riesgo de ser vulnerables al aislamiento académico.
Para fortalecer nuestro posicionamiento, al igual que las empresas invierten en su imagen institucional, los profesionales debemos invertir en nuestra imagen personal, como vestimenta y cada día mejorar nuestro aspecto físico. Esto es fundamental, ya que somos el reflejo de lo que producimos, y una presentación adecuada, junto con una comunicación efectiva, nos permite persuadir e impactar.
El networking fortalece nuestra marca personal y permite posicionarnos como referentes académicos, creando relaciones duraderas basadas en la confianza y la reputación positiva. Esta estrategia, combinada con visibilidad y productividad, nos permite ser exitosos.
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