Dante Bobadilla

Montesinismo del siglo XXI

Montesinismo del siglo XXI
Dante Bobadilla
24 de noviembre del 2016

Estupidez, hipocresía y doble moral de nuestros rojicaviares

Mientras el progresismo se divierte, con obsesión enfermiza, evocando el montesinismo de los noventa, los hechos de la realidad cotidiana pasan desapercibidos ante sus ojos; incluso cuando son tanto o más funestos que los rememorados. La mentalidad pervertida de los antifujimoristas ya no ve la corrupción en ningún otro lado, convencidos de que es solo patrimonio del fujimorismo. Lo que revela el éxito de la doctrina CVR y el triste espectáculo de una generación engañada, cegada por el odio y utilizada una vez más como tontos útiles por el rojerío.

Empecemos señalando el escandaloso gasto en publicidad del Estado. La repartija es nauseabunda. A diario vemos en portadas la inservible publicidad del gobierno y escuchamos en la radio mensajes candorosos de distintos ministerios. ¿Cuál es el objetivo de toda esta insulsa publicidad estatal? ¿Comprar a los medios? Esto no es diferente a lo que hacía Montesinos entregando rumas de billetes. Es lo mismo, solo que hoy son más sutiles y resulta que ahora se compran medios "transparentemente", a través de la publicidad del Estado. Pero además, hay que sumar los jugosos contratos por "consultorías" a ciertos personajes del progresismo vinculados a redes y websites rojicaviares. No es, pues, casualidad que todos ellos vivan apañando al gobierno y combatiendo a la oposición fujimorista.

Cada vez resulta más evidente que el obsesivo cargamontón antifujimorista es utilizado como cortina de humo para ocultar la corrupción actual y en especial la del gobierno pasado. Quieren que nos pasemos la vida rememorando los noventa, la salita del SIN, la renuncia presidencial por fax, etc.; y mientras se divierten con ese circo, los corruptos de estos días son encubiertos o pasados por agua tibia. Resulta gracioso que estos pulpines critiquen a los diarios “chicha” que utilizaba Montesinos como una maquinaria de demolición contra potenciales candidatos, entre ellos Castañeda, cuando hoy vemos a la jauría progresista atacando a Castañeda día y noche; llegando incluso al morbo estúpido de burlarse de su enfermedad. Las redes y medios del progresismo superan con creces a los diarios chicha de Montesinos. Sin ninguna duda.

Hablar de la estupidez, hipocresía y doble moral del progresismo es un tópico clásico de la crítica política, no solo en el Perú. Son internacionales. Y no se cansan de darnos muestras de sus dotes, como cuando criticaron la condecoración a Xi Jinping tildándolo de “dictador”. Pero claro que no dijeron nada cuando Ollanta Humala viajó hasta Cuba, exclusivamente para entregar la Orden del Sol a los hermanos Castro. Allí no había millonarias inversiones para el Perú. El gesto de Humala solo fue un acto de servilismo ideológico, del mismo nivel que cuando llamó a Hugo Chávez “un ejemplo a seguir para toda Latinoamérica”. Pero allí hubo silencio total.

Ahora que la ex mandataria de facto Nadine Heredia fugó del país, gracias a los favores de la mafia brasilera tan cercana a la ex pareja presidencial, sería interesante saber cuál será la responsabilidad que asumirá el progresismo que los apoyó desde sus inicios. Ya que tanto les gusta hablar de “responsabilidad política”, supongo que algún tipo de responsabilidad asumirán por haber apoyado con tanto candor y entrega a esta pareja de trepadores profesionales que hoy se burla del país. No basta con esa payasada de salir a gritar “Ollanta, devuélveme mi voto” o posar como víctimas engañadas exclamando “¡traición!”. Deberían ser más hombrecitos y admitir que fueron lo que son: tontos útiles. Para eso nomás sirven.

No sería nada raro que traten de utilizar su antifujimorismo como cortina de humo para neutralizar el escándalo de la corrupción humalista. Para eso son buenos. Mención aparte merecen los garantes y trepadores como MVLL y Alejandro Toledo; además de los mermeleros y mermeleras de la prensa rojicaviar que se desvivían defendiendo a Nadine, y hoy lo hacen con Saavedra. Es su oficio. De eso viven. Y tienen la almeja de criticar al montesinismo. Tendrían que mirarse en el espejo y empezar a hablar del montesinismo del siglo XXI. Basta de cuentos.

 

Dante Bobadilla

Dante Bobadilla
24 de noviembre del 2016

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