Mejorar la atención de la salud

Con ocasión de la reciente publicación de la Ley de Medicamentos Genéricos N° 32033, algún medio de prensa informó erradamente sobre la imposibilidad de que en los establecimientos farmacéuticos se pongan inyecciones, lo que rápidamente fue desmentido puesto que el Reglamento de tales establecimientos (D.S. N° 014-2011-SA) lo que prohíbe en farmacias y boticas son las consultas médicas, pero no la puesta de inyectables.

El tema mencionado nos llevó a algunas reflexiones, como usuario del sistema de salud, y por supuesto sin estar en actividad médica, dado que el autor de esta nota está en el sector abogadil.

Las reflexiones a que luego nos referiremos son consecuencia de algunas observaciones y también experiencias de terceros. Por ejemplo, hay hospitales como el de la Policía, en que a los policías en actividad o retiro, así como a sus dependientes, les dan citas para meses después de que las solicitan, o cuando luego de la revisión ordenan pruebas adicionales, las programan también para meses después. Alguien con humor negro señaló que sean análisis, radiografías u otras imágenes, ya no serán necesarias por el tiempo transcurrido pues al que fuera paciente lo que hay que practicarle es la autopsia.

Lo antes señalado también sucede en diversos otros establecimientos públicos de salud, lo que nos lleva a pensar que la temática más que de atención médica es de gestión y alguien que no era médico como Luis Castañeda Lossio, cuando tuvo a su cargo la Seguridad Social acreditó que ella podía mejorarse, lo que también realizó cuando fue alcalde metropolitano, creando el Sistema Metropolitano de la Solidaridad (SISOL) con la colaboración del Dr. Luis Rubio, y con costo bastante reducido, pues hay que atender a las personas que no pertenecen a EsSALUD, para las que se ha implementado el Sistema Integral de Salud (SIS), en que falta aún mucho desarrollo.

Se preguntarán cómo, sin mayor inversión se puede mejorar la atención al usuario médico, para lo que los gestores de salud aconsejan algunas acciones, como las que enseguida relatamos.

La primera es que los establecimientos de EsSalud, al igual que las emergencias, atiendan con citas regulares las 24 horas del día en los 7 días de la semana, en los mismos consultorios sin perturbar el horario laboral de los asegurados.

La segunda es que existan más establecimientos de primer nivel, para evitar el traslado de los pacientes hasta los lejanos hospitales, cuando bien pueden atenderse cerca de sus domicilios y sin mayores desplazamientos.

La tercera, fomentar desde el Estado que las farmacias y boticas tengan servicios de inyectables con personal calificado, lo que facilitará la atención de salud y evitará también mayor distancia de transporte para ir a alguna emergencia hospitalaria.

La cuarta, bien podría ser que se modifique el Reglamento que impide atención médica en farmacias y boticas, siempre que exista la facilidad de espacio privado para ello, lo que también facilitará la atención de pacientes.

La quinta es que en la semana de representación, los congresistas inspeccionen los centros de salud pública y sus almacenes, detectando equipos que ni siquiera han sido utilizados, a fin de poner correctivos.

Podríamos seguir, claro que sí, pero basta con lo expuesto para acreditar que, con decisiones de gestión, se pueden superar muchas deficiencias en la atención de la salud pública.