Carlos Arnillas Denegri

Maduro, el Perú te repudia

Amenaza venir a Lima a la VIII Cumbre de las Américas

Maduro, el Perú te repudia
Carlos Arnillas Denegri
25 de enero del 2018

 

Tras 18 años de represión de la dictadura iniciada por Hugo Chávez, y continuada torpemente por Nicolás Maduro, algunos países —como los Estados Unidos, Canadá y ahora los de la Unión Europea— han comenzado a tomar medidas que incluyen sanciones contra la gavilla de delincuentes, responsables de la tiranía venezolana, congelándoles las cuentas y embargándoles las propiedades que tienen en el exterior, producto de la corrupción en ese país.

Esta actitud de las naciones que repudian la dictadura en Venezuela ha provocado la ira de Maduro, quien amenaza con asistir a la VIII Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en Lima, el 13 y 14 de abril próximo. Dice Maduro que contará “su verdad a la comunidad americana”, hecho que debe merecer el rechazo de los países que conforman este importante foro regional, así como una protesta enérgica del Gobierno peruano, a través de la Cancillería.

Ya son más de dos millones de venezolanos los que han huido de la pobreza y barbarie en estas dos últimas décadas; principalmente a España y los Estados Unidos, países en los que actualmente radican millón y medio de exiliados. También Colombia (con 400,000), y Perú y Chile (con más de 100,000 refugiados cada uno), albergan a venezolanos que han huido de la aguda crisis política, económica y social que padece la nueva Cuba de América.

Como dicen los exiliados: “La única nevera que hoy funciona en Venezuela es la de la morgue”. Los que todavía se quedan, prefieren despedir a sus hijos en la estación del bus o en los aeropuertos, para no hacerlo en el cementerio.

Esta situación, que es insostenible, se ha visto agravada con la ejecución extrajudicial del piloto insurrecto Oscar Pérez, con siete víctimas más que lo acompañaban y pedían rendirse, como muestran las imágenes que fueron transmitidas a través de las redes sociales. Todos ellos murieron de un tiro en la cabeza, efectuado por un contingente de más de 500 agentes del nefasto régimen de Maduro.

Lo inaudito de esta situación es que para la izquierda peruana esto no es delito de “lesa humanidad”. ¿Dónde están las congresistas Marisa Glave e Indira Huilca? ¿Dónde están Verónika Mendoza, Marco Arana y Gregorio Santos? ¿Dónde están esos bulliciosos y violentos colectivos sociales que aparecen en todas las marchas proderechos humanos y del medio ambiente? Esto no hace más que demostrar que todos ellos —en la práctica— son cómplices silenciosos de los extravíos y excesos de la dictadura en Venezuela.

Seguimos preguntando ¿Dónde está la Corte Interamericana de Derechos Humanos de Costa Rica (CIDH), que anda más preocupada por el indulto al ex Presidente Alberto Fujimori que por los derechos humanos de millones de venezolanos que hoy viven la etapa más oscura de su historia republicana? Llama mucho la atención que organismos internacionales como la OEA y la ONU asuman actitudes tibias frente a un provocador Gobierno dictatorial que hoy los reta, sin importarle la vida ni los derechos más elementales de un pueblo pobre, oprimido y urgido de justicia.

Por estas razones y otras más, es que el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y la Cancillería, deben pronunciarse formalmente contra cualquier maniobra de Nicolás Maduro en su afán de llegar a Lima en abril próximo, ya que sería una ofensa para nuestra dignidad y la de miles de venezolanos que hoy viven bajo el amparo de las leyes peruanas.

Solo en los dos últimos años se han registrado más de 70,000 muertes en las calles de las principales ciudades de Venezuela, producto de la violencia oficialista, de la delincuencia y la inseguridad reinante, posicionándolo en el último puesto mundial del Índice de Libertad.

Venezuela —cuna del libertador de América, Simón Bolívar— hoy se desangra irremediablemente, pero no dudamos que un día —esperamos que no muy lejano— pueda liberarse de sus opresores, porque no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Para ayudar a que ello ocurra, los demócratas del mundo de hoy, tenemos el deber de demostrar nuestra solidaridad en defensa de la libertad y la democracia del pueblo venezolano, que ya no puede esperar más. ¡Apoyemos con hechos a nuestros hermanos!

 

Carlos Arnillas Denegri
25 de enero del 2018

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