Iván Arenas
Los chotanos detuvieron el proyecto colectivista de Castillo y Cerrón
No tenían otro objetivo que repartirse el gobierno y exprimirlo
Con el contundente informe presentado por la Fiscal de la Nación, en el que se revelaría la existencia de una organización criminal liderada nada menos que por el presidente Castillo, de alguna u otra manera también se nos presentan las vísceras y venas de lo que ha sido y es el Ejecutivo. El informe nos muestra dos tendencias claras dentro del propio gobierno que desde el primer día colisionaron. La primera es la liderada por el grupo chotano, y la segunda es la adscrita al proyecto ideológico de Vladimir Cerrón. Ambas miradas sobre la cosa pública eran irreconciliables.
Ahora bien ¿por qué afirmo que los chotanos detuvieron el proyecto colectivista de Castillo y Cerrón? Por la sencilla razón de que, tal como se desprende de la acusación fiscal, al grupo chotano no le interesó nada más que beber de las ubres del poder y aprovecharse del cargo. En el horizonte, los chotanos no tenían otra razón ni objetivo que repartirse el gobierno y exprimirlo. No hay más. A los chotanos jamás les interesó el proyecto comunista de Cerrón y el ala ideológica de Perú Libre. No estaba en sus planes a corto plazo ser la Venezuela de Maduro ni el Chile de Boric. Simplemente querían poder y dinero.
No obstante todo lo anterior, quizá habría que hacer una apreciación desde la sociología nacional. Los chotanos representan un sector del capitalismo informal provinciano que tiene conexiones con lo ilegal. Ojo, no es todo el capitalismo informal, sino solo la parte ilegal que pretende utilizar el poder para sus cuitas, sus ajustes, sus blanqueamientos y sus intereses. En todo caso, lo dejamos allí para el debate.
Los chotanos se organizaron como una resistencia al proyecto ideológico de Cerrón que pensaba que Castillo era su Evo, y que Cerrón era su Álvaro García Linera.
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