María Cecilia Villegas

Las trampas que impiden el desarrollo

Las trampas que impiden el desarrollo
María Cecilia Villegas
28 de abril del 2016

La falta de información, la mala calidad de los servicios, el abuso de empresas y la inequidad son responsables de mucha desconfianza.

El presidente de Buenaventura, Roque Benavides declaró ayer que el proyecto minero Conga, que representaba una inversión de US$5000 millones de dólares, ya no es viable.  En Conga, ya se han invertido US$1500 millones de dólares. Probablemente Marco Arana y Verónika Mendoza celebren este resultado como un triunfo.

La actividad minera es uno de los motores de la economía peruana. Las exportaciones de metales representan el 60% del total de exportaciones. El Perú es un país minero que en los últimos cinco años no ha logrado sacar adelante ningún nuevo proyecto. Grupos radicales se levantan y obligan a las comunidades a rechazar la minería moderna, y paralizan las grandes inversiones. Todo por un gobierno que no asume responsabilidad, ni política ni económica ni social. Sin líderes políticos que representen a las comunidades y que enfrenten a los antimineros y sus discursos, no se impulsarán grandes proyectos. Deben estar dispuestos a dar pelea en el terreno ideológico y en el político.

Los conflictos sociales se producen por la falta de confianza de las comunidades en el Estado y en las empresas privadas que realizan actividades en sus cercanías. La falta de presencia, la pobreza, la inequidad, la mala calidad de los servicios de educación y salud, la falta de información y el abuso de empresas son responsables de tanta desconfianza. Las comunidades al no tener “voz”, son seducidas por organizaciones radicales que recurren a la mentira y a la violencia, destruyen y paralizan regiones enteras del país. Tales conflictos en zonas de influencia de industrias extractivas son una constante en el Perú desde hace años y el Estado ha sido incapaz de controlarlos. Ello demuestra nuestra debilidad institucional.

Se debe resaltar lo que sostuvo Luis Carranza (EC 26.4.16) “Las soluciones simples como renunciar a los proyectos para evitar conflictividad o tratar de imponerlos a la fuerza no funcionan.” Discursos populistas como el “agua si, mina no” hacen mucho daño al Perú. Impiden el desarrollo de grandes proyectos y generan expectativas en miles de ciudadanos de comunidades aledañas a “zonas de influencia” de cada empresa minera. Comunidades que, sin inversión privada, seguirán viviendo en la pobreza y en el atraso. 

La evidencia ha demostrado que el motor de impulso para el desarrollo es la empresa privada. Según datos del INEI, el 52% de los cajamarquinos vive por debajo de la línea de pobreza, mientras que el 32% de los niños sufre de desnutrición crónica infantil, según la OMS. Ello muestra la falta de presencia efectiva del Estado en Cajamarca.  

La realidad es que autoridades locales no tienen suficiente capacidad técnica para sacar adelante a sus municipalidades y provincias. Por ello, demandan una mayor presencia del Gobierno Central a través de la implementación de proyectos de educación, salud, infraestructura, pistas y veredas, agua y saneamiento, agricultura y también de la empresa privada. El Estado Peruano tiene la obligación de llevar desarrollo a todas las provincias y municipios. Los partidos políticos que creen en el mercado, la libertad y la democracia deberían contribuir a transmitir información cierta y a que la “voz” de los pobladores sea, realmente, representada sin manipulación política.

Por: María Cecilia Villegas

María Cecilia Villegas
28 de abril del 2016

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