¡La zurda gana de lejos en la batalla por el relato!

Desde el golpe de Estado del 7 de diciembre, perpetrado por Pedro Castillo y sus adláteres, la izquierda marxista de todos los pelajes viene ganando de lejos lo que se denomina la batalla por el relato, que no es otra cosa que saber contar los hechos e instalarlos como verdaderos.

La izquierda marxista, en su ofensiva de propaganda y anti propaganda, ha lanzado esta vez una guerra de movimientos en contra de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional a propósito de su actuación desde el 7 de diciembre hasta ahora. En este nuevo capítulo de una novela de batalla por el relato, la izquierda marxista y sus analistas cercanos ya empiezan a hablar de “asesinatos”, de “genocidios” y de “matanzas”. Sin embargo, olvidan que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional actuaron de acuerdo al marco constitucional y, sobre todo, en defensa del Estado de derecho. Son la garantía para la defensa del orden y la seguridad de la mayoría nacional.

Uno de los detalles que pasa por altor la zurda es la razón principal de las diversas olas insurreccionales. La zurda nada dice del pretendido “cierre del Congreso”, de las “tomas” de Lima, la violencia de las vanguardias comunistas (que nada tienen de relación con las legítimas protestas del mundo rural campesino) y el establecimiento de un asamblea constituyente con la renuncia de Dina Boluarte, además de la restitución de Pedro Castillo como presidente. Frente a un escenario de violencia insurreccional las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional solo cumplieron el mandato constitucional.

Desde la izquierda marxista hasta el sector denominado “caviar” ahora se intenta equiparar las insurrecciones contra el Estado de derecho con las responsabilidades asumidas por las Fuerzas Armadas, instituciones que garantizan el cumplimiento de la Constitución. Vale recordar que durante la larga guerra contra el terrorismo marxista, entre los años ochenta y noventa, hubo algunos excesos, que fueron la excepción y no la regla. Y a pesar de haber pasado un buen puñado de años, la historiografía y el relato de la izquierda ha equiparado a nuestras FF.AA. con los grupos terroristas. Repito, estimado lector, nadie niega los excesos puntuales en la lucha contra el terror durante los noventa; sin embargo, la política de las FF.AA. jamás fue ni el exterminio ni el genocidio o la matanza.

Lo que quiero decir con todo lo anterior es que quizá en el fragor de la resistencia y ante la arremetida brutal de las vanguardias comunista las Fuerzas Armadas o policiales hayan respondido con excesos; en todo caso las investigaciones determinarán culpabilidades en primerísima persona, si es que la hubiesen. Pero hay que recalcar que tanto las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional están cumpliendo hasta ahora con su responsabilidad, enorme y patriótica.

La izquierda marxista está ahora desatando una persecución propagandística contra las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, las instituciones más mestizas de la República.