Enrique Cornejo

La victoria de Trump y la crisis de los partidos políticos

La victoria de Trump y la crisis de los partidos políticos
Enrique Cornejo
02 de enero del 2017

Los partidos deben cambiar y adecuarse a los nuevos tiempos

Por: Enrique Cornejo Ramírez (*)

La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América no debe ser analizada como un hecho aislado o anecdótico. Es una expresión más de los profundos cambios que vienen ocurriendo en las últimas décadas en la economía, sociedad e instituciones políticas en el mundo entero.

En efecto, en un contexto de globalización, de estados nacionales que pierden cada vez más espacios de maniobra (y de poder), de Internet y de redes sociales, así como de una profusa variedad de organizaciones que representan a la población y sus diversos intereses y necesidades, los partidos políticos están en cuestionamiento en cuanto a su vigencia para desarrollar las políticas que necesita la población, sus maneras de acercamiento al nuevo tejido social, su discurso y métodos de acción política. En suma, están en crisis, y el problema es que todavía se aferran a formas tradicionales de acción política y se niegan a reconocer que tienen que construir un nuevo discurso social y político para la nueva sociedad que hoy tenemos.

Entonces, la espectacular victoria de Trump poniendo en jaque el tradicional sistema político norteamericano del bipartidismo entre republicanos y demócratas (Trump, aunque fue un candidato de los republicanos, no es en esencia un republicano, es un outsider), la ocurrencia del Brexit en Inglaterra, los problemas de gobernabilidad en España, el resurgimiento de movimientos nacionalistas e incluso xenófobos son apenas expresiones de un problema estructural que todavía no tiene un camino de salida claramente establecido.

Los ciudadanos hoy en día (y muy especialmente los jóvenes) no quieren ya partidos políticos y políticos que actúen como clásicos intermediarios (entre la población y el gobierno o el Estado) pues ellos (los ciudadanos) actúan directamente a través de las redes sociales y organizaciones de la sociedad civil para informarse y expresarse (es decir, para hacer política). En cambio, los ciudadanos de estos tiempos esperan que los políticos entiendan que deben representarlos con ofertas muy concretas y siguiendo una política menos ideológica y más del “aquí y ahora”.

Así las cosas, los partidos políticos (y los políticos) debemos entender que debemos cambiar y adecuarnos a los nuevos tiempos; pero principalmente tener vigencia más allá de la próxima contienda electoral. Más de la mitad de la población norteamericana (aunque a muchos no nos guste) se identifica con el estilo y el pensamiento (a veces tan sorprendente como polémico) de Donald Trump y por eso votaron por él. Ellos quieren recuperar su estado de bienestar desde su actual posición de alicaída clase media, volver a tener sus industrias y sus empleos, aunque ello suponga adoptar políticas más proteccionistas y hasta demagógicas. ¿Cuánto de lo ofrecido por Trump en campaña se hará realmente realidad en el gobierno? No lo sabemos con exactitud, pero los próximos meses nos aclararán el panorama, que no es nada fácil para Trump ni para la propia institucionalidad política norteamericana.

En el Perú no estamos ajenos a este problema y también nuestros partidos políticos requieren hacer su respectiva evaluación, autocrítica y reingeniería. El Partido Aprista Peruano y el Partido Popular Cristiano han iniciado procesos internos con ese objetivo, aunque vienen encontrando dificultades y resistencia al cambio que deberán superarse. Esa es la encrucijada: o cambiamos o cambiamos.

 

(*) Economista. Exministro de Transportes y Comunicaciones, excandidato a la Alcaldía de Lima.

 
Enrique Cornejo
02 de enero del 2017

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