¿La transformación digital es solo un tema de tecnólogos?

Estos tiempos que vivimos, como sostenía el genial Alvin Toffler, no es solo una época de cambios, sino que es un cambio de época. La grave crisis sanitaria mundial –que no termina de irse– puso en evidencia la débil y focalizada penetración que tienen las nuevas tecnologías en nuestro mundo cotidiano. Justo cuando más necesario era contar con ellas, nos percatamos de que la difusión de uso era asimétrica, fraccionada e incluso en ciertos casos inexistente.

La digitalización de nuestro planeta es el proceso fundamental que marca la globalización; como en su momento la industrialización configuró el rumbo hacia un mundo de naciones “independientes” bajo el ideal republicano, y la urbanización (con agricultura de intercambio y comercio extendido) definió el mundo antiguo que decantó imperios, monarquías y ciudades-estado. Esa globalización que, con la crisis sanitaria, asoma con perfiles autoritarios, cuando no desembozado totalitarismo en aquello aún difuso que se ha denominado Nuevo Orden Mundial supranacional y la pretendida hegemonía del Big-Tech sobre los gobiernos nacionales. Cuidado.

Debemos estar preparados para enfrentar las tensiones, conflictos y dificultades propias de este cambio de época. Pero, más allá del tema geopolítico, también debemos tener la capacidad de hacer frente a los desafíos que se nos plantean para que las sociedades logren alcanzar cotas de bienestar y prosperidad, reservadas para quienes aborden apropiadamente el tren de la historia. Es justamente el reto de la “transformación digital”.

El desarrollo de sistemas y aplicaciones digitales, sin duda alguna sigue siendo tema, esfuerzo y tarea de expertos en alta tecnología. Por su lado, su uso se ha difundido a toda actividad humana, desde esparcimiento hasta la producción de bienes y servicios esenciales. Ningún rubro es ajeno a la digitalización. Debido a ello, desde la Academia ya aparecen las primeras propuestas educativas para tratar la transformación digital como un imperativo social.

Desde la Universidad Nacional de Ingeniería se está dando suma prioridad a la transformación digital como un elemento transversal en toda actividad académica, económica y humana. Con nuestro lema “Arte, Ciencia y Tecnología para el desarrollo humano”, este año estamos lanzando siete diplomados y maestrías en diversas temáticas que tienen enorme impacto en nuestra sociedad. Estas siete líneas académicas comparten tres ejes transversales: 1) Multidisciplinariedad; 2) Investigación-acción; 3) Transformación digital

Los problemas del mundo real son como son. Abordarlos desde una disciplina nos lleva inevitablemente a tener una versión parcial de esa realidad. Aunque se obtengan ciertos resultados positivos, la falta de un enfoque multidisciplinario limita el logro de valiosos objetivos. Si accedemos y aplicamos la diversidad de instrumentos, técnicas y visiones que ofrecen múltiples disciplinas, tendremos la oportunidad de manejar mucho mejor la intervención en busca de mejoras, propiciando soluciones durables, sólidas y trascendentes. Por eso la multidisciplinariedad es fundamental como eje transversal en las propuestas educativas que se ponen a disposición de nuestra sociedad.

Como enfrentaremos problemas del mundo real, la investigación-acción como segundo eje transversal, propone aproximarnos a esos problemas no solo para efectuar análisis y diagnóstico, sino incluso a proponer intervenciones y hasta llegar a la puesta en marcha de proyectos que provoquen cambios tangibles, valiosos y deseables, mejorando la calidad de vida de los actores concernidos.

Pero es el tercer eje transversal lo que permite cerrar el círculo que da potencia a la propuesta educativa de la Universidad Nacional de Ingeniería. Más allá del aspecto específicamente tecnológico –en el que la UNI es líder indiscutible– se trata de que la transformación digital forme parte fundamental de actividades que, en cierta forma, no apreciaban el tema tecnológico como algo central sino más bien instrumental y de soporte. Con las nuevas tecnologías, es posible acceder a nuevas formas de pensar, abordar e intervenir en los problemas del mundo real. Para ello, la UNI abre diversas líneas académicas en su Escuela Central de Posgrado, tales como: a) Estudios Urbanos Multidisciplinarios; b) Microfinanzas e Inclusión Financiera; c) Gestión de la Cadena de Suministros (Supply Chain Management); d) Gerencia de Innovación Digital; e) Gerencia y Tecnología para Ingenieros; f) Ingeniería Educativa; g) Transformación Digital.

Desde la Universidad Nacional de Ingeniería, se contribuye así a cubrir una necesidad imperativa en la formación complementaria en posgrado para jóvenes profesionales que provienen de diversas disciplinas en pregrado. Estos jóvenes, de acuerdo a las exigencias de nuestros nuevos tiempos, deben acceder a formatos educativos innovadores, dinámicos y comprometidos con la transformación digital para un futuro que ya vivimos.