Cesar Gutierrez

La segunda temporada del ministro José Arista

La difícil tarea de recuperar confianza en un gobierno débil

La segunda temporada del ministro José Arista
Cesar Gutierrez
05 de septiembre del 2024


En los aproximadamente seis meses de su permanencia en la cartera de Economía y Finanzas (MEF) el ministro José Arista ha tenido altibajos. Dada su larga trayectoria de 30 años de trajín en el Estado, habiendo pasado por diversas dependencias –Sunat, Ministerio de Economía, Gobierno Regional de Amazonas y Ministerio de Agricultura–, su ingreso generó expectativas en un contexto difícil de la economía al cierre del 2023: caída anual de 0.6% del PBI con proceso recesivo incluido y disminución de la inversión privada que llegó a 7.3% del PBI.

Empañó el inicio de su gestión una declaración técnicamente correcta, pero políticamente incorrecta: que el gobierno era “débil”. A lo que se sumó una transferencia de 100 millones de soles (MMS/.) desde el Fondo de Contingencia al Gobierno Regional de Ayacucho, presidido por Wilfredo Oscorima. Esta transferencia se dio en el contexto de que el gobernador le había proporcionado a la mandataria Dina Boluarte relojes Rolex, supuestamente en calidad de préstamo. El hecho ha originado que el Fiscal de la Nación le inicie una investigación a la Presidenta de la República por cohecho pasivo impropio, la cual está en curso. 

A lo reseñado se sumó la ampliación de la meta de déficit fiscal de 2.0 a 2.8% del PBI; incumplida hasta el momento, porque se registra un 4.0% del PBI. En estas circunstancias los rumores de su relevo, salidos desde el Ejecutivo, fueron intensos, más aún cuando la semana pasada se opuso a la presidenta para nombrar en la gestión de Petroperú a tres personas ligadas al “cerronismo”. 

La espada de Damocles sobre el ministro Arista se ha mantenido hasta el pasado día 3 de los corrientes, en que se hicieron relevos ministeriales y se le renovó la confianza, a pesar de que hasta minutos antes de la juramentación en la prensa económica se voceaba su salida.

La decisión de mantenerlo en el cargo es racional: Arista está en medio de la formulación de decretos legislativos (DL), haciendo uso de las facultades concedidas por el Congreso. Además, tiene que sustentar las leyes de: Presupuesto General de la República, Equilibrio Financiero y Endeudamiento, cuyo debate empieza este mes y culmina el 30 de noviembre próximo. 

Sumó a su permanencia en el MEF el crecimiento económico del primer semestre que llegó a 2.5% del PBI y ha generado expectativas en el Banco Central de Reserva y las oficinas de estudios económicos de los bancos que se puede cerrar el año con 3.0% de incremento. 

Al momento tiene en sus manos la ratificación del directorio de Petroperú, que lo emplazó públicamente solicitando, entre otros, un apoyo por 2,000 MMUS$, y que ha sido respaldado por los gremios empresariales. Es más que evidente que lo hará a pesar de su malestar con los directores. Una tarea complicada en este caso, tendrá que manejar la negativa que ya expresó en público que ni un centavo más saldrá de las arcas públicas para honrar este tipo de pedidos. 

La tarea que le queda es controlar el déficit fiscal que se le está yendo de las manos, entre la caída de la recaudación y el mayor gasto público que viene de las decisiones que se toman en el Congreso. Va a ayudar en la mejoría transitoria de la recaudación la reestructuración de deudas tributarias que ha ordenado mediante DL y que vence en la penúltima semana de diciembre próximo. 

Lo difícil será controlar el gasto que se genera desde el Congreso. Si bien tiene claro qué se puede hacer o no, el problema es de naturaleza política, dado que es un Ejecutivo rehén del Legislativo, al que le debe su permanencia en el cargo. La herramienta que tiene es oponerse a la promulgación de leyes que afecten a la caja fiscal, pero no siempre la mandataria le hará caso porque la lógica de ella es durar hasta el 2026. 

Si se pone firme y recibe el respaldo de Palacio de Gobierno, generará confianza en los agentes económicos y al menos evitará que la inversión privada se siga retrayendo, y que siendo el próximo año un período electoral la situación se complica. Está teniendo un buen aliado en Proinversión, que está sacando adelante proyectos, en lo que va del año ha conseguido 8,300 MMUS$ de inversión 

En estos próximos tres meses tiene la oportunidad de recuperar parte del prestigio profesional que ha ido perdiendo. Y cerrar el año con cifras positivas de crecimiento y un déficit fiscal que al menos se acerque a la meta autoimpuesta para el 2024.

Cesar Gutierrez
05 de septiembre del 2024

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