Jorge Varela

La progresía chilena ya tiene candidata

Doña Michelle Bachelet, en su tercera versión

La progresía chilena ya tiene candidata
Jorge Varela
20 de agosto del 2024


Sobre el cielo de Chile en pleno invierno está flotando una capa de nubes oscuras que no deja espacio a la luz solar y afecta la capacidad de entendimiento y acuerdos. Es un tiempo de eclipse que hace imposible ver la claridad resplandeciente sobre valles, montañas, desiertos y mares, estén situados al este o al oeste, a izquierda o derecha.

La descripción parece exagerada, pero es tan exacta que ha provocado equívocos y desvaríos en líderes políticos, parlamentarios de alto o bajo vuelo, comentaristas de variada visión, dirigentes sociales anquilosados, incluso en economistas de distintas escuelas. Este ambiente de confusión, sumado a la falta de liderazgos, ha comenzado a causar estragos en el ámbito político contingente. Ad portas del 26 y 27 de octubre próximo, usted verá y constatará situaciones ingratas difíciles de tragar, imposibles de digerir. 

 

Panorama electoral del oficialismo 

¿Qué está ocurriendo en este sector? Los compañeros del Frente Amplio, esos estudiantes demasiado soberbios que incendiaron Chile en octubre de 2019, devenidos prematuramente en gobernantes ineficaces, saben que el destino los marcó. Su suerte está ligada al pacto “Contigo Chile mejor” y si quieren subsistir tendrán que esconderse debajo de la falda de esa acogedora tía-abuela llamada Michelle, quien siempre les ha dispensado afecto y cariño especial a estos nenes desordenados y gritones. Más de algún paquete de caramelos les habrá prometido si se lavan los dientes y se comportan como si fueran nenes bien educados. 

Muchos de estos jóvenes, según Fernando Atria, miembro del Comité Central del FA, “están desmoralizados o desconcertados” (Imaginar el futuro. La izquierda en una nueva época. Editorial Pehuén). Otros socios del pacto mencionado son aquellos viejos camaradas adictos a Maduro y su banda de rufianes. Los jerarcas de la nomenclatura comunista temerosos de que la ciudadanía les castigue en futuras elecciones, debido a su irracional apología pro-gorilones violadores de derechos humanos, aspiran a refugiarse en la coalición oficialista que les ha dado acceso privilegiado al aparato estatal como nunca antes en la historia del país. 

Por su parte los socialistas continúan titubeantes, dudando ante la idea de liberarse de las sogas que aún les atan al marxismo totalitario. Es incomprensible esta incómoda situación de parálisis. ¿Por qué se encogen cuando podrían ser los mejor aspectados para representar al socialismo democrático? ¿Por qué no se atreven a cortar el amarre fatal que les inmoviliza?

En el intertanto los escasos radicales, demócrata-cristianos y grupos menores insisten en agarrarse a esa misma balsa flotante para no hundirse en el océano del olvido. Progresistas se autodenominan estos náufragos enclenques, mientras nadan ‘progresivamente’ hacia las aguas donde mueren los porfiados. ¿Entenderán estos socios minoritarios del pacto, que su suerte es pura ‘grela’? (del lunfardo).

 

Escenario en la oposición de derecha

En este sector también reina ansiedad y desconcierto al interior de camarines, previo a la disputa de una serie de contiendas electorales. Carentes de figuras nuevas que contagien entusiasmo a sus propios hinchas, dos de sus elencos han vuelto a recurrir a personajes repetidos y gastados que padecen dificultades para moverse por todos los sectores de la cancha. La circunstancia de que la afición esté muy descontenta con el comportamiento colectivo del team oficialista reforzado no significa que la hinchada independiente quiera gritar y golpear bombos a favor de los conjuntos de derecha, para que derroten al poseedor del cetro y puedan así subir triunfantes al podio. 

Si Chile Vamos y Republicanos pretenden salir del foso de los zorros aprovechadores del sistema y generar un proyecto social-institucional que termine con los privilegios, la corrupción y la inseguridad, no pueden despreciarse entre sí hasta el fin de los tiempos. ¡Necesitan trabajar en ello, carajo!

 

Bachelet en versión 3.0

En medio de este panorama ha reaparecido la figura ya muy conocida de doña Michelle Bachelet en su tercera versión que –sin duda– generará tanta pasión como aversión. “Bache-tres”, la han adjetivado sus sobrino-nietos ‘bachebarbudos’. Carlos Peña tratando de explicar la aparición de esta especie de hada madrina de la izquierda, ha preguntado: “¿Para qué Bachelet?” (artículo en El Mercurio de Antofagasta, 14 de agosto de 2024).

A juicio de Peña, “el problema de la izquierda no es la falta de una figura sino la falta de ideas”. Sin duda su juicio es acertado; no obstante es necesario complementarlo con la siguiente reflexión: ¿“por qué Bachelet?”, si en su vientre ideológico se gestó esa obsesión constituyente que el pueblo lúcido rechazó. ¿Cuál es su proyecto actual de sociedad, no el mero programa de gobierno temporal que ella representaría? 

La circunstancia de que se encuentre posicionada como la mejor candidata presidencial de la izquierda –de la progresía, diría un jefe político tibio como Alberto Undurraga– obedece a que el oficialismo no tiene rostros competitivos para asumir el desafío de asumir la candidatura de dicho sector, en el horizonte de noviembre de 2025, y a sus atributos personales que la distinguen como una persona inteligente y astuta capaz de anticiparse a la jugada del adversario. 

Al respecto no debiera olvidarse su pasado como integrante del grupo Granma, junto a Ennio Vivaldi y al desaparecido Carlos Lorca, donde fortaleció su formación en la disciplina y principios socialistas cercanos a la revolución cubana. Su experiencia en inteligencia y clandestinidad adquirida durante su permanencia en la RDA, la convirtieron en miembro importante de la llamada “patrulla juvenil”. Todo este bagaje leninista lo soportaron años después aquellos demócrata-cristianos que desfilaron ingenuamente como ministros de Interior durante el curso de sus dos mandatos. Es su escuela y estilo; ese que inició con la frase: “el que se mueve no sale en la foto”. 

¿Estarán los chilenos disponibles para aguantar nuevas aventuras y fracasos? Los efectos de la tiranía que sufre el pueblo venezolano son tan devastadores para el continente latinoamericano y para Chile, que desde este enfoque la tesis bacheletiana de “unidad de toda la izquierda sin exclusiones” es obscena e impresentable para quienes todavía apuestan por la democracia y la libertad. Es una realidad espantosa que no puede taparse con palabras elusivas, ni con guitarreos, ni con bailes de chachachá, ni maromas o sonrisas.

Razones tiene José Antonio Kast, uno de los candidatos de derecha al declarar que: “Michelle Bachelet tiene que hacerse cargo de los múltiples desastres que dejó su gobierno y del grave daño que provocó… el sello de destrucción y estancamiento del país tiene nombre y apellido” (La Tercera. 12 de agosto de 2024).

Jorge Varela
20 de agosto del 2024

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