Alejandro Arestegui
La paradoja de Jevons y la IA
Cómo la demanda de energía puede afectar el futuro de la Inteligencia Artificial
El repentino advenimiento de la inteligencia artificial hace que esta tecnología disruptiva sea el tema de moda. Tanto en las esferas económicas y sociales como hasta filosóficas, es un debate que recién empieza y tiene para muchos años más. Dentro de las tantas implicancias positivas y negativas que nos trae la inteligencia artificial y cualquier otra nueva tecnología está el tema de los costes y de los usos que se pueden atribuir a esta. En esta columna simplemente queremos incidir en un aspecto que poco se trata y tiene que ver con lo más importante para el desarrollo de una tecnología (además de la inversión), lo referimos al tema energético y de cómo esto puede impactar en su uso masivo por parte de los ciudadanos.
La semana pasada una de las empresas mejor posicionadas en la bolsa de valores de Nueva York, la tecnológica americana Nvidia sufrió una de las mayores caídas de bolsa en toda la historia de la humanidad. En cuanto a cifras, pues el índice tecnológico de Estados Unidos NASDAQ experimentó un descenso de más del 3%, mientras que las acciones de la empresa Nvidia cayeron casi un 17%., para contextualizar, esto significa una disminución de 589.000 millones de dólares en su capitalización bursátil. La mayoría de analistas atribuyen esta dramática caída al lanzamiento hace poco del nuevo modelo de inteligencia artificial chino, el R1 de DeepSeek, una empresa emergente que ha creado un modelo de inteligencia artificial con una capacidad cognitiva parecida al O1 de ChatGPT, el modelo más sofisticado hasta ahora en occidente de ChatGPT.
Este lanzamiento naturalmente ha causado alarma en todo el sector tecnológico de occidente. Hay quienes llegan a afirmar que esta es la amenaza más grande que ha experimentado en toda su historia el entorno de Silicon Valley. La diferencia del R1 chino con otras irrupciones de mercado (como fue lo Linux en su tiempo), es la rapidez con la que impactó en el mercado cambiando dramáticamente las valoraciones bursátiles de empresas gigantes.
Hay también quienes afirman que este es el inicio de una nueva carrera espacial. Pues innegable es aceptar que la competencia en cualquier rubro abarata los costes y vuelve más eficiente y sostenible la inversión en el sector. La competencia también facilita la generación de nuevos espacios para la creación de más y mejores modelos de IA. Pero también se avizoran nuevos desafíos y problemas latentes pueden afectar más allá de las acciones bursátiles. El tema energético es un factor que siempre tiene una influencia trascendental en cualquier industria y es aquí donde entra la denominada paradoja de Jevons
Formulada ya a mediados del siglo XIX por el economista William Stanley Jevons (exponente del liberalismo manchesteriano), la paradoja hace uso del sentido común para describir un fenómeno propio de la sociedad industrial y capitalista. Esta paradoja explica cómo el aumento de la eficiencia de un recurso puede llevar a un mayor consumo de ese mismo recurso. En el caso de la energía, Jevons nos explica cómo la introducción de tecnologías más eficientes puede aumentar el consumo total de energía.
Así que la cuestión es la siguiente: ¿de qué nos sirve la supuesta irrupción de la R1 de DeepSeek si ésta puede desencadenar una irrupción de numerosas empresas desarrolladoras de software de IA que demanden cada vez más energía? En occidente, cuyas políticas progresistas y socialdemócratas han condenado a las industrias a pagar por una energía cada vez más cara esto desencadena un problema económico. Esto también desenmascara la mentira de que los chinos han desarrollado su tecnología de IA supuestamente con una menor inversión inicial y con un uso menor de energía.
En un informe presentado por el sitio especializado en semiconductores SemiAnalysis, resultaría que los facinerosos chinos habrían obtenido más de US$ 500 millones en financiamiento, así como otros tantos subsidios en materia energética que les permitirían haber desarrollado su software de forma anticompetitiva. Esto explicaría también la jugada sucia por parte de las autoridades chinas queriendo burlar las sanciones estadounidenses en cuanto a la compra de semiconductores, tan necesarios actualmente para el desarrollo de las tecnologías más avanzadas.
A lo largo de la historia reciente la paradoja de Jevons ha sido malinterpretada y ensuciada, como por ejemplo el mal uso que le dan los economistas de la escuela “del decrecimiento”. La paradoja simplemente es un reflejo de que nos podemos llevar malas percepciones en cuanto a las tecnologías que aparentemente son “más eficientes”. Otro ejemplo claro, distinto al de la inteligencia artificial, es el caso de las redes de internet 5G. Aunque más rápidas y eficientes que sus predecesoras, su disponibilidad y bajo coste incentivaron el uso masivo del internet, encareciendo los costes energéticos requeridos para sostener las redes.
No quiero terminar esta columna sin darles un mensaje de calma y tranquilidad. El gobierno chino siempre se ha caracterizado por ofrecer datos falsos y poco transparentes. En una carrera tecnológica (como hubo en la guerra fría) entre una economía relativamente libre como la estadounidense y una planificada como la soviética o china siempre va a prevalecer la norteamericana. Esto se debe al simple motivo de que la información dispersa de los individuos y los incentivos que ofrece un mercado más libre van a garantizar una innovación mucho más impactante que la que ofrecen una economía planificada. Por lo que puedo decir que a largo plazo la carrera de la IA y la tan ansiada meta de alcanzar la súper inteligencia artificial sería ganada por occidente.
Eso sí, eso sólo será posible si eliminamos de una vez por todas la paranoia de los ambientalistas y ecologistas, dejando de lado políticas gubernamentales aberrantes como las propuestas por la agenda 2030. Esta nefasta agenda es un ataque directo a la soberanía energética y al abaratamiento y expansión de fuentes de energía baratas y amigables con la industria como lo es la energía nuclear.
En un contexto geopolítico donde la energía se ha encarecido mucho debido a la guerra de Ucrania y a las nefastas políticas energéticas de la Unión Europea, Estados Unidos puede prevalecer si consigue abaratar los costes energéticos y flexibilizar las condiciones para la investigación e inversión en inteligencia artificial. Otro país que puede surgir como un Hub tecnológico en materia de inteligencia artificial es Argentina. Este país si logra solucionar su crisis económica y flexibilizar los requisitos de inversión puede superar a México y Brasil en cuanto a ser la capital latinoamericana de la innovación.
Las impactantes noticias de la bolsa estadounidense de hace unos días han hecho saltar las alarmas. Sin embargo, hay que ser pacientes y esperar la contraofensiva de occidente que frene este vil intento chino de implantar su modelo de IA. DeepSeek, por cierto, ya ha sido objeto de críticas por su tendencia a generar malware, ser muy vulnerable a ataques y su poca transparencia y honestidad al momento de procesar cierta información. La tecnología será útil solo si es impulsada desde la libertad, pilar ineludible de la innovación y trascendencia humana.
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