La oposición social y popular a Castillo

En el centro de la ciudad de Piura sólo hay agua potable durante tres horas al día, en Tumbes la cobertura es de cuatro horas. En ambas regiones, Piura y Tumbes, solo menos del 30% de la población tiene acceso a un desagüe decente.

Luego de que Lenin tomara el poder en Rusia, en sus pocas visitas al campo se dio cuenta que para el común del campesinado la revolución socialista sonaba a chino. Ellos querían luz eléctrica. Se creó el Goelro, la empresa estatal rusa que daría luz eléctrica a los campesinos. De socialismo no vive el hombre, menos el campesino ruso. 

El Gobierno del presidente Pedro Castillo no soluciona las necesidades inmediatas de la gente de a pie. El peruano común y silvestre puede aplaudir una vez la perorata de la victimización del presidente, pero al final del día retorna a su casa y no cae una gota de agua potable del grifo. Hasta allí dura la victimización. Todo lo demás ya se va convirtiendo en hartazgo. 

Como Castillo no soluciona lo más urgente del peruano promedio, el desencanto social y económico avanza. De momento no hay una figura política en la oposición que encarne este nuevo desencanto social que genera el Gobierno de un presidente que prometió que los más pobres y humildes estarían en primera fila, pero al final solo los proveedores y los amigotes chotanos hacen su agosto. 

Caminar hoy pueblo a pueblo el Perú, o una parte de este, podría catapultar una figura nueva en la oposición. En seis meses el desencanto social en el Perú popular ha avanzado rápidamente, y Castillo parece haberse agotado. Repetimos: si la victimización del Presidente no está acompañada con la inauguración de un centro de salud, de una posta o un sistema de agua potable, los gritos que se escuchen serán de enfado. 

Belaunde lo entendió hace más de medio siglo. La revolución que los políticos de su tiempo agitaban emocionaba a la gente, pero hasta allí nomás. Al final todos volvían a una realidad paupérrima. 

La oposición social y popular a Castillo ya es posible. Solo falta que alguien en la oposición lo entienda.