Jorge Morelli
La oferta que no puedes rechazar
La guerra del acero y la estrategia de Trump

Parece que en la guerra del acero la sangre no llegará al río. Ya la OCDE ha salido a terciar afirmando que se trata de un problema de sobreproducción. Uno que, evidentemente, el mercado no puede arreglar por sí mismo, porque el acero no responde rápidamente a la ley de la oferta y la demanda.
Se le pasó la mano al Estado chino, no al mercado. Pero todos creyeron que el crecimiento iba a ser permanente, lineal. Nada en la naturaleza es lineal. Tampoco la economía.De modo que para un problema creado por imprevisión, la OCDE propone una solución creada por la
prevención. Para evitar detonar una guerra proteccionista por el caso del acero, la OCDE propone reducir la producción mundial de acero.
Eso suena fácil, pero no lo es. Ciertamente sería mucho mejor acordar entre todos una reducción programada de la producción en vez de que el presidente de EE. UU., Donald Trump, imponga unilateralmente al productor principal, China, unos aranceles que van a llevarse de encuentro a Brasil y otros productores desavisados.
Pero hay algo interesante que queda sobre la mesa. Las apuestas jugadas hasta hoy han revelado datos importantes sobre el modus operandi de Donald en una negociación, lo que es su especialidad. Lo que suele hacer es arrinconar a su adversario para luego dejarlo escapar a cambio de lo que quería desde un principio. Es decir, lo que hace es ofrecer un deal que la otra parte no puede rechazar.
Por ejemplo, ya anunció que en los aranceles al acero podría hacer una excepción para México y Canadá siempre que estos se avengan a pactar los términos que él quiere para la negociación del tratado de libre comercio de América del Norte. Tal vez haga los mismo con los chinos y, a última hora, les proponga una mesa para una reducción negociada de la producción mundial.
Es lo racional y, si se abre camino, la sangre no llegará al río. El mercado de valores se ha sosegado porque ya lo sospecha.
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