Darío Enríquez

La metropolización dual en el centro andino y la selva central

Dinámicas territoriales emergentes y corredores estratégicos

La metropolización dual en el centro andino y la selva central
Darío Enríquez
18 de julio del 2025


El centro del Perú, especialmente en el ámbito del departamento de Junín, atraviesa un proceso de reconfiguración urbana que va más allá de la expansión tradicional de núcleos poblacionales. Lo que se perfila en el territorio es una metropolización dual de carácter policéntrico, en la que distintas ciudades no compiten, sino que se articulan funcionalmente mediante infraestructura compartida y complementariedad de funciones urbanas.

Huancayo Futura metrópoli en los Andes centrales

En este contexto, Huancayo se consolida como el polo urbano central en la región andina. Su peso demográfico, con más de 350,000 habitantes, junto al dinamismo económico y administrativo, la posicionan como líder del proceso. Ciudades próximas como Concepción (a 22 km) y Chupaca (a 11 km) se integran progresivamente al sistema urbano regional huancaíno, y el fortalecimiento de las vías de comunicación aceleraría esta conurbación, reforzando el papel que juega Huancayo

Una segunda metrópoli, la conurbación de La Merced - San Ramón

Simultáneamente, se perfila un segundo polo de crecimiento urbano en el Valle de Chanchamayo, centrado en la conurbación emergente de La Merced-San Ramón, cuya población conjunta fluctúa entre 55,000 y 65,000 habitantes. Su localización estratégica hacia la Selva Central, aunada a una actividad agroindustrial ascendente y una oferta turística en expansión, permiten proyectar este núcleo como futura referencia metropolitana en la vertiente oriental del país. En la medida en que se consolida, su convergencia con Huancayo puede generar nuevas configuraciones de orden territorial, funcionales y potentes.

Un corredor de desarrollo como eje de integración central andina

El vínculo entre ambos polos se establece a través del corredor central andino, una infraestructura longitudinal que favorece la articulación regional. Este eje incorpora ciudades como La Oroya, Tarma, Junín y, con especial relevancia, Jauja, cada una con funciones específicas: La Oroya continúa desempeñando un rol clave como nodo vial; Tarma se proyecta como núcleo agrícola-comercial; y Junín, aunque de menor escala, se integra de forma operativa en esta red.

Jauja adquiere un papel destacado como punto de inflexión territorial. Su proximidad con Huancayo (49 km) y su conectividad con Tarma y La Oroya la convierten en un nodo de servicios estratégicos, facilitador del intercambio interregional. Su aeropuerto, Francisco Carlé, proporciona conectividad aérea de alcance regional, consolidando su rol como articulador de flujos económicos y logísticos.

Un corredor de especialización productiva en la selva central

Paralelamente, se reconoce un corredor de desarrollo complementario en la Selva Central, conectado directamente con La Merced-San Ramón. Este eje engloba a ciudades como Pichanaki, dinámico núcleo agroindustrial a 45 km del centro metropolitano emergente, que evidencia un crecimiento sostenido. Más allá, se ubican Villa Rica y Oxapampa, en la región Pasco, vinculadas al eje económico de la selva. Oxapampa, con fuerte presencia turística y producción cafetalera, y Villa Rica, destacada por su café de altura, configuran una línea de especialización productiva que potencia el desarrollo de esta subregión.

Consolidación de la metropolización de los Andes centrales y las selva central 

La lógica subyacente a este proceso no radica en el crecimiento aislado de polos urbanos, sino en la construcción de un sistema territorial integrado, basado en complementariedades funcionales y en una infraestructura eficaz. La conexión entre Huancayo y La Merced-San Ramón, junto al reforzamiento de los nodos intermedios y la apertura de nuevas rutas hacia zonas como Cerro de Pasco y Satipo, ampliaría el alcance operativo de esta red multinodal.

En resumen, la metropolización dual que se despliega en el centro del Perú responde a una racionalidad territorial concreta: reconocer el liderazgo consolidado de Huancayo y el ascenso sostenido de La Merced-San Ramón. Articulados mediante un corredor andino y otro selvático, permite proyectar un modelo regional más eficiente, articulado y capaz de sostener un crecimiento duradero en el mediano y largo plazo. La inversión pública y privada en infraestructura y ordenamiento territorial resultará decisiva para materializar esta visión.

Darío Enríquez
18 de julio del 2025

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