Guillermo Vidalón

La izquierda peruana está ubicada

La izquierda peruana está ubicada
Guillermo Vidalón
07 de septiembre del 2016

Sus dirigentes prefieren seguir siendo “cabeza de ratón”

Lo que viene es un reconocimiento a la conducta de la izquierda política peruana y latinoamericana. Nunca hay que dejar de reconocer las conductas coherentes de sus líderes, sobre todo cuando han tenido que asumir responsabilidades al ejercer cargos públicos. La izquierda peruana está dispersa, se autocalifica de “amplista”, pero a su interior hay quien(es) mantiene(n) el registro de su organización (y, por consiguiente, el poder de admisión). Por lo tanto, es dueño de las llaves que abren o cierran las puertas a quienes quieren entrar, no para comportarse como un “huésped ilustre”, sino con la soterrada intención de disputarle el poder de la capilla izquierdista al anfitrión. Pero como ninguno quiere pecar de iluso, convierten la democracia en un eslogan y la transforman en “centralismo democrático”. Un eufemismo para justificar e imponer sus ambiciones caudillistas.

La izquierda es autocrítica y realiza frecuentes introspecciones, se autoanaliza y es consciente de que nunca podrá superar el hecho de que cada uno de sus integrantes prefiere ser “cabeza de ratón” antes de ocupar la posición de “cola de león”. Lo anterior es lo racional en la conducta de la izquierda, por eso se saluda que vuelva a su ubicación y se reclama transparencia frente a la opinión pública para que no vuelva a ser defraudada por dicha opción política.

La izquierda peruana también es internacionalista, sobre todo en el ámbito latinoamericano. Dice que a la destituida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se le ha dado un golpe de estado parlamentario, y acusa al neoliberalismo y al extractivismo, cuando los responsables de las malas administraciones gubernamentales son quienes las ejercen. Pero la izquierda peruana guarda silencio sobre el profundo descrédito en que se hallaba sumido el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT). Con todos los actos de corrupción denunciados por el caso Lava Jato, ¿podemos creer que algún trabajador brasileño se considera efectivamente representado por el PT? Cuando uno conversa con algún ciudadano del vecino país recoge la opinión de que el PT siempre fue, es o devino en una organización constituida para tomar el poder y beneficiarse de los recursos públicos.

No obstante, la izquierda peruana suele ser implacable crítica de los actos de corrupción cuando otro está en el poder. Bien que así lo sea, pero mal que no se pronuncie frente a los actos ciertamente cuestionables o de corrupción de quienes resultan siendo sus pares por tener un mismo origen ideológico.

Más decepcionante aún es la conducta de la izquierda peruana ante los últimos acontecimientos en Venezuela. No hay crítica al mal manejo económico, porque una inflación que se estima llegará a los cuatro dígitos en el presente año no es más que un enorme impuesto ciego que grava a los pobres con mayor dureza; pobres que el discurso chavista dice defender. Son hechos frente a los cuales la Izquierda local enmudece.

Similar conducta podemos registrar en la izquierda peruana frente a lo que sucedía en la Argentina de los Kirchner, que terminaron expulsados democráticamente del poder y que hoy se dedican a boicotear al gobierno de Mauricio Macri para, obviamente, no ser investigados. Y podríamos seguir relatando multitud de acontecimientos equivalentes en la Nicaragua de Daniel Ortega, en la Bolivia de Evo Morales y proseguir con algunos otros estados latinoamericanos.

Mas la izquierda peruana tiene sus propias incoherencias e inconductas, recordemos a la candidata que acusaba a un mediático ex ministro del Interior de haber participado en la desaparición forzada de un periodista —allá por los años ochenta en la Ayacucho azotada por la violencia terrorista (la expresión más extrema de la izquierda peruana)— y luego terminó de compañera de fórmula en una misma plancha presidencial con su denunciado.

¡Qué bueno que la izquierda peruana esté ubicada! Mejor aún si la ciudadanía no la pierde de vista porque de seguro, de cara a los próximos procesos electorales —-municipales y regionales— del 2018 se presentará con nuevo ropaje y locomotora maquillada.

 

Guillermo Vidalón del Pino

 

P.D.: Corroborando lo expresado en este artículo, los medios de comunicación informan que Marisa Glave, Pedro Francke e Irma Pflucker fueron removidos del Comité Permanente del Frente Amplio por el Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento Tierra y Libertad del ex padre Marco Arana.

 
Guillermo Vidalón
07 de septiembre del 2016

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