La historia suele sorprendernos

Un resultado favorable a la candidatura presidencial respaldada por varias agrupaciones identificadas con los movimientos de izquierda supondrá una importante victoria geopolítica para el “socialismo del siglo XXI”, que tuvo en el dictador venezolano Hugo Chávez a su máximo representante a nivel regional. Una corriente caracterizada por el recorte de libertades, y que tiene en la mira a nuestro país desde hace tiempo, por sus recursos naturales y las bondades de su geografía. Los “socialistas del siglo XXI” saben que pueden solventar económicamente su ideología con la explotación de los recursos peruanos. Si esto llega a suceder, temo que esa conocida frase que compara al Perú con “un mendigo sentado en un banco de oro” quedará en el pasado, porque en el tiempo, y con el comunismo, ese mendigo no tendrá ni siquiera un banco donde sentarse.

De otro lado, si el resultado fuese a favor de la candidatura respaldada por diversos partidos políticos de trayectoria democrática, cabe la posibilidad de conservar el banco de oro o invitar a otros a descansar en este sin perder sitio. Y también convertir al mendigo en una persona que pueda salir de la pobreza, generar sus propios recursos, y mantener sus libertades. 

Pero la historia no es lo que quisiéramos que sea, sino lo que es. La historia no es el juego de billar donde podemos decir “tal bola entrará en tal agujero”, no. En 1968 no podíamos advertir que Belaunde volvería a ser presidente en 1980, pese a los escándalos de la página 11, y que se convertiría en el primer gobierno democrático después de la dictadura velasquista. En 1990, nadie podía imaginar que García sería elegido para un segundo mandato en 2006. Y pese a las críticas a la gestión económica de su primer gobierno (1985-1990), presentó buenos resultados económicos en el segundo (2006-2011).

Así también, en 2001, después de “la marcha de los cuatro suyos” –y esto es lo que más le arde a quienes quieren que la historia sea a su medida–, nadie podía imaginarse que en el año 2021 la esperanza de preservar las libertades y la democracia recaerían sobre la hija de un dictador preso, como Alberto Fujimori. Y además, que después de largo tiempo de luchas feministas desde la izquierda, existe la posibilidad de que la primera presidente mujer se apellide Fujimori. 

Vuelvo a repetir: la historia no es lo que queremos que sea, no puede ser a medida y gusto de nadie. Y más allá de las teorías sobre una historia cíclica, jamás debemos olvidar que las personas tienen sueños, aspiraciones, deseos, intereses y pasiones. Desde la perspectiva determinista, siempre se pensará que las personas son simples seres inanimados, piezas de ajedrez; y he allí su error, porque en el universo todo está en movimiento. El mundo cambia permanentemente, y la historia tampoco se detiene. En ese sentido, toca mirar a la historia hacia adelante, en lugar de forzar los hechos a conveniencia de unos.

Yo espero que este 6 de junio comprendamos la trascendencia de nuestra decisión en las urnas, y seamos conscientes del momento en que nos pone la historia. Desde aquí, siempre estaremos del lado de la libertad.