Iván Arenas

La guerra entre caviares y Perú Libre aniquila al Perú

Tira y afloja será constante durante los próximos cuatro años

La guerra entre caviares y Perú Libre aniquila al Perú
Iván Arenas
05 de noviembre del 2021


No obstante que la primera ministra Mirtha Vásquez haya logrado el voto de confianza –con 68 votos a favor y 56 en contra– todo indica que a partir de ahora se inicia un nuevo capítulo de la guerra que se mantiene por el control del Estado, entre el sector denominado caviar y Perú Libre, que será de terribles consecuencias para el Perú. 

Una de las primeras consecuencias de la guerra entre los caviares y los comunistas de Perú Libre ha sido que en estos primeros 100 días de gobierno, la administración Castillo detuvo y desorganizó la economía del país, que se recuperaba luego de la pandemia. La pugna abierta entre caviares y liberales ha generado que el Gobierno hoy no tenga claro lo que quiere hacer con respecto a las inversiones y el sector privado, para poner solo un ejemplo. Mientras Castillo dice una cosa para contentar al ala dura, otros funcionarios, horas después, traducen y corrigen lo que señaló el mandatario para calmar las aguas. 

La guerra no es por ideología. Ni siquiera eso llamado Asamblea Constituyente genera la unión y la alianza entre caviares y lapicitos. La guerra es por cuál de los grupos es capaz de controlar todo el aparato del Ejecutivo y logra penetrar en otras instituciones republicanas. En otras palabras, la guerra es por el poder estatal. 

El detalle es que ambos necesitan caminar juntos para sobrevivir. Así se peleen, así voten en contra o favor de las políticas del gobierno y la administración de Castillo, caviares y lapicitos se necesitan porque el momento de la política así lo determina. Y esta relación dialéctica de tira y afloja será constante durante los próximos cuatro años, si es que antes no se genera una crisis total que defina la vacancia de Castillo. 

Por ahora las izquierdas han sido las mejores aliadas de la oposición. Los yerros, los dislates, las opiniones, las poses, los nombramientos, la imposibilidad de un lenguaje en común dentro del gobierno y sus aliados, todo ello ha abonado para que estos primeros 100 días sean de los peores de un Gobierno entrante. 

Los únicos que han demostrado que son importantes en todo el juego político hasta ahora, y que van a definir siempre de alguna manera la relación de equilibrio entre Congreso y Ejecutivo, son las minorías en el Congreso. Somos Perú y el Partido Morado demuestran que a veces menos es más. Castillo los empezará a mirar con mejores ojos.

Se viene diciembre, un mes que solo tiene 15 días si se habla políticamente. La crisis de la energía mundial y la crisis de la logística encarecerán aún más los productos. La inflación crecerá y este año se sentirá la crisis más que en el 2020, año de la pandemia. En la percepción de la gente común y de a pie crecerá la idea de que es Castillo quien no sabe gobernar. Enero del 2022, con la resaca de las fiestas, empezará lo bueno para el gobierno, que sufrirá un desgaste prematuro. Las cosas empezarán de nuevo.

Iván Arenas
05 de noviembre del 2021

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