Guillermo De Vivanco

La elección de la razón

La clase política debe discutir las posibles áreas de desarrollo

La elección de la razón
Guillermo De Vivanco
10 de agosto del 2020


Que inestable está el Perú
ad portas de una nueva elección. Un país fragmentado no solo por su geografía y su cultura, sino también como producto de una pésima regionalización y por la polarización política, que nos hace enfrentarnos entre peruanos. Las turbas comunistas, llamadas frentes de defensa, rebasan a las autoridades. Se impone el bloqueo, la amenaza y el boicot antes que el diálogo la negociación y la razón; tal como demostró el contubernio saboteador entre Elmer Cáceres Llica (gobernador de Arequipa) y Martín Vizcarra para anular la licencia dada al proyecto Tía Maria.

Sin partidos políticos ni doctrina, en una sociedad mayormente inculta y en medio de una crisis sanitaria y económica sin precedentes, las próximas elecciones se convierten en un salto al vacío, una oportunidad inmejorable para la demagogia y el populismo. La izquierda propone convertir al Perú en una gran reserva ecológica y volvernos a la tribu, a la prehistoria, con el aplauso y gran beneplácito de nuestros vecinos chilenos.

Recientemente escuché a Hernando de Soto, a Diego Uceda y a Víctor Gobitz (presidente del Instituto de Minas del Perú) cuantificar la riqueza minera en los Andes peruanos. Según De Soto, los proyectos mineros estructurados están valorados en 70 veces el presupuesto nacional; Víctor Gobitz calcula que poniendo en actividad solo seis proyectos mineros, en muy corto plazo se impulsaría la economía a tasas por encima del 14%, y se reduciría la pobreza a menos del 10% de la población. Actualmente el sector minero es responsable del 60% de nuestras exportaciones y del 20% del PBI. Si tenemos que priorizar recursos para luchar contra la pobreza escojamos las vías más rápidas, los sectores más rentables y propongamos planes racionales que concilien los intereses de las partes involucradas.

Fernando Cillóniz destacado ex gobernador de Ica, anhela la unión política, y propone un frente basado en una agenda reformista para afrontar la reconstrucción del país. Advierte el crecimiento desmedido de la burocracia improductiva, que en la última década ha crecido el doble que la recaudación tributaria. Son miles de Richard Swing, inútiles parásitos cuya existencia solamente es posible en el sector estatal. Cillóniz sugiere crear organismos constitucionales autónomos, para ir recuperando las competencias delegadas a los gobiernos regionales, que han fracasado por ineficiencia o corrupción, tal como lo demuestra categóricamente el manejo de la salud pública y la educación. Asimismo, propone una entidad responsable del recojo de basura y de la administración de la red de agua potable, ineficientemente gestionadas por los municipios. La transformación digital del Estado implica una verdadera simplificación administrativa que evitaría colas, burocracia y maltrato al ciudadano.

Finalmente, Cillóniz plantea cuatro ejes para abrir la economía a la inversión privada, boicoteada por un Gobierno con complejo de superioridad y autosuficiencia; una actitud que agregó inútilmente tantas víctimas adicionales a la pandemia. Los frentes propuestos son: primero, un programa masivo para construir dos millones de viviendas en cinco años, con una inversión de US$ 40,000 millones y que generaría un millón de empleos. Segundo, una inversión de US$ 100,000 millones para atacar el déficit en infraestructura (construcción de carreteras, ferrovías, represas, puertos, etc.), que a la vez generaría otro millón de empleos. Tercero, otros US$ 50,000 millones en plantas de energía, minería y 50 proyectos hidroeléctricos, que también requieren otro millón de empleos. Y cuarto, inversiones en irrigaciones para la agricultura, pesca, actividad forestal y microcomercio. En resumen propone duplicar el PBI en cinco años.

Yo propondría un frente Perú Racional, en el que la clase política discuta, con una visión clara y factible, las posibles áreas de desarrollo. Y que no sea cada elección un salto al vacío, basado en el descontento popular y el enfrentamiento entre peruanos. A este frente racional no invitaría al cura Arana, que ha propuesto sustituir la explotación minera con turistas que tomen fotos a los pájaros. Coincido con Andrés Oppenheimer cuando afirma que en la actualidad ya no existen países de izquierda o derecha, sino países “capta capitales” y países “espanta capitales”. Unamos nuestros esfuerzos, conciliemos nuestros intereses y vistamos la misma camiseta.

Guillermo De Vivanco
10 de agosto del 2020

NOTICIAS RELACIONADAS >

La izquierda versus la derecha

Columnas

La izquierda versus la derecha

La noche del 31 de Agosto de 1939 un grupo armado, vistiendo uniformes...

17 de abril
La trampa identitaria

Columnas

La trampa identitaria

¿Es realmente la democracia tan boba como para delegar el futur...

07 de marzo
La gran estafa nacionalista

Columnas

La gran estafa nacionalista

En días pasados el sindicato de Aerolíneas Argentinas se...

14 de enero

COMENTARIOS