Alan Salinas

La distancia que nos separa

Sobre la exitosa novela de Renato Cisneros

La distancia que nos separa
Alan Salinas
01 de abril del 2020


En estas semanas de cuarentena acabo de terminar de leer –por segunda vez– “La distancia que nos separa” (Planeta, 2015) de Renato Cisneros. Una novela recomendable para comprender cuánto conoce un hijo a su padre con el que vivió, cuántos sueños que muchas veces perseguimos no son sino una herencia que no pedimos, pero que está allí en nuestros proyectos, sueños y propósitos. Nos hace pensar en perspectiva. Nos hace pensar que nuestra historia es la continuación de otra historia pasada o el corte que podemos darle a ella. Una muy bella novela que nos toca el alma. Es el toque de un poeta escribiendo la historia. Autobiografía con toques ficcionales. “Autoficción” prefiere llamarla el autor para evitar problemas con su familia. 

Es también una novela recomendable para conocer –a través de la historia del Gaucho Cisneros– lo que pasó políticamente en el Perú desde mediados de los años sesenta hasta mediados de los noventa: dictadura militar, la huelga de los policías, transición a la democracia, el segundo Belaunde, violencia terrorista, el primer García, Fujimori y el autogolpe de Estado perpetrado por este último. Todos esos actores y esos contextos. 

Quisiera detenerme en estos últimos puntos y comentarlos brevemente. La formación castrense y su vínculo con los militares argentinos que fueron partícipes del Plan Cóndor fue una pieza central en las declaraciones y actitudes políticas del exgeneral Cisneros para amedrentar las movilizaciones en las calles de apristas y comunistas que exigían democracia en el Perú. Nada fácil, por cierto, para estos últimos. Ni para el propio general, porque entre los manifestantes estaba su hija, rebelde con su figura vertical y dura. Muchas veces se desaparecía a los disidentes de la dictadura militar. 

Hasta que llegó la transición a la democracia, y –con ella– el segundo Gobierno de Belaunde y la aparición del grupo terrorista Sendero Luminoso. El Gaucho, siendo ministro del Interior de Belaunde, pide arrasar con todo lo que se encuentre al paso: civiles y terroristas. Ese era el plan que Belaunde logró “frenar”. 

También se relata que, durante el primer Gobierno de García –tras las medidas contra el FMI y la banca–, cierta parte de los militares conspiraron para derrocarlo. Fueron días apremiantes para los grupos de poder, dado el liderazgo bonapartista de García en el Gobierno. No tuvieron éxito. Llegó Fujimori y el autogolpe de Estado. Terrible situación para la joven democracia en el Perú: paramilitares, amedrentamiento a la oposición y control del Estado y de los medios de comunicación. Todo eso. El contexto histórico y la vida personal del autor autoficcionada. 

Vale la pena leer la novela.

Alan Salinas
01 de abril del 2020

COMENTARIOS