Juego limpio

Se inició el Campeonato Mundial de Fútbol organizado por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). La sede es Qatar, un emirato de 11,581 km2 localizado en una península dentro de la península arábigs, que cuenta con una población de 2.3 millones de habitantes, y cuya capital es la ciudad de Doha. Qatar es denominado  por su potencial económico como “el pequeño gigante”. Allí el mundo entero durante 29 días (20 de noviembre al 19 de diciembre), centrará su mirada y pasión en el Campeonato Mundial de Fútbol 2022.

Estarán presentes 32 selecciones de distintas naciones que previamente disputaron continentalmente con sus pares a fin de lograr presencia en esta contienda. La nuestra no lo logró, pero también buscará su lugar la ilusión de los peruanos por este deporte, atentos como todos los habitantes de distintos lugares del planeta a las genialidades de Messi, Neymar, Suárez, Rodríguez, Ronaldo, Salah, Mbappe, Sterling, Neuer, Sané, Lewandowski y muchos más.

Igualmente asegurarán su butaca los niños y adolescente para aprovechar las enseñanzas; ya que en términos educativos este espectáculo se convierte en una oportunidad para conocer a los países participantes: su historia, geografía, cultura, desarrollo económico y político, al igual que el aporte al desarrollo de la humanidad. Lo ha dicho Xavi Hernández (actual entrenador del Barcelona-España): “Es increíble como la pasión del futbol une a tanta gente”.   

A mucha distancia de Qatar y justamente en nuestro país, “la previa”  se hacía presente con  un equipo mal venido y deteriorado en cuanto a figuras, pero vigente y único en el escenario de la política. Continuando su camino en la búsqueda de capturar todo el poder optó, en representación del Ejecutivo, por reiterar pretextos para cerrar el Congreso, mediante una práctica heredada del fujimorismo y retomada por el vizcarrismo, presentando cuestión de confianza a fin de que el Parlamento apruebe la iniciativa del Ejecutivo para que se derogue la Ley 31399, que protege la Constitución para limitar el referéndum.

En el ínterin, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso aprobó por mayoría la admisión a trámite de la denuncia constitucional que presentó la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, contra el presidente Pedro Castillo, imputándole  los presuntos delitos de organización criminal, tráfico de influencias y colusión. Una denuncia constitucional que alcanza a los exministros de Transportes y de Vivienda, Juan Silva y Géiner Alvarado, respectivamente. Habrá una confrontación cuyo desenlace incidirá en el presente y futuro del país.

Retornando al escenario del Mundial de Fútbol, interesa señalar que si Qatar tiene sus propias leyes que los foráneos, turistas y seleccionados deben respetar tanto sus creencias como costumbres. Y en el terreno de juego, para asegurar limpieza o transparencia en los resultados, se cuenta con la presencia de un juez principal (árbitro), jueces de línea e inclusive asistentes de video (VAR).

En el Perú, en el  escenario político, también existen normas, leyes que deben ser respetadas por todos los ciudadanos, dado que en términos de garantía democrática  contamos por un lado con el Poder judicial y la Fiscalía que ya le  mostraron al actual presidente “las suficientes tarjetas amarillas”. Le corresponde al Congreso (a similitud del VAR) verificar si las infracciones ameritan mostrarle la tarjeta roja; la cual sería aceptada como justa por las demás  instituciones creadas para garantizar el transcurrir democrático y ciertamente por los ciudadanos que aún tienen su mente centrada en el porvenir del país. 

Valorando la trascendencia del fútbol, vienen a mi memoria las afirmaciones de personajes vinculados con este deporte. Como las del holandés Johan Cruyff: "El fútbol es un juego de errores. Quien cometa el menor error, gana"; Marcelo Bielsa (argentino) “Hay que tener autocrítica para seguir ganando”; Di Stéfano excelente jugador español: “Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”, Pelé (brasileño): "Cuanto más difícil es la victoria, mayor es la felicidad de ganar", y el ya legendario Messi “Prefiero ser buena persona a ser el mejor jugador del mundo”.

Son sentencias que cobran actualidad en términos de actitudes, tanto para quienes participan en el Mundial Qatar 2022 como en la política del país. Dictámenes que convocan a que siempre optemos y vigilemos con valentía y tesón el juego limpio.