Mariana de los Ríos

Joker 2: un musical que se pierde en su propia locura

Reseña crítica de “Joker: Folie à Deux” (2024)

Joker 2: un musical que se pierde en su propia locura
Mariana de los Ríos
18 de octubre del 2024

 

La secuela de Joker (2019), Joker: Folie à Deux, dirigida nuevamente por Todd Phillips y con Joaquin Phoenix retomando su galardonado papel como Arthur Fleck, generó enormes expectativas. La primera película, Joker (2019) fue un fenómeno cultural, no solo por la interpretación desgarradora de Phoenix que le valió un Óscar, sino también por la manera en que abordó temas como la alienación, la enfermedad mental y la violencia social en una Gotham que reflejaba el caos y la desesperación del mundo moderno. Y de Folie à Deux se esperaba incluso más, porque añadía a la historia el elemento musical y la participación de Lady Gaga en el rol de Harley Quinn. Sin embargo, la película está muy lejos de lo que se esperaba de ella.

La trama de Folie à Deux se desarrolla mayormente dentro de las paredes del asilo Arkham, donde Arthur Fleck ha sido internado tras los eventos del primer filme, y mientras se le hace un juicio por los crímenes cometidos, en especial por haber asesinado al presentador Murray Franklin, durante un programa de televisión. La película es entonces un típico drama judicial, con elementos de thriller; pero a la vez explora la relación entre Fleck y Harleen Quinzel (Lady Gaga), una estudiante de psiquiatría internada voluntariamente en Arkham y que termina siendo arrastrada por el magnetismo de la locura de Fleck. A medida que su vínculo se intensifica, la película navega entre la realidad y las alucinaciones. Y de esas alucinaciones parecen surgir diversos momentos musicales, que marcan los momentos clave de la historia.

Folie à Deux mantiene ciertos temas y recursos formales de su predecesora. Al igual que en Joker (2019), Todd Phillips nos muestra una sociedad al borde del colapso, donde las instituciones han fallado y los marginados son empujados hacia la desesperación. Las actuaciones continúan siendo el núcleo de la película, con Phoenix brindando una vez más una muy buena interpretación. Sin embargo, la gran diferencia aquí radica en el enfoque narrativo: Folie à Deux es, en gran parte, un musical; y esto supone un cambio de tono radical. Joker tenía una atmósfera opresiva y una trama densa, en la que la fantasía (nos enteramos al final) se limitaba a los aspectos más “normales” de la vida del protagonista (como su imaginaria relación amorosa con una vecina). En cambio, en Folie à Deux ese mundo imaginario se desarrolla a través de irreales escenas musicales. 

Sin embargo, los números musicales, lejos de integrarse de manera orgánica en la narrativa, se sienten demasiado forzados. En lugar de servir como una herramienta para explorar la psique de los personajes, estas secuencias parecen una distracción que rompe el ritmo de la historia y diluye el  impacto emocional de una trama que, por momentos, resulta tan oscura y deprimente como la de la primera entrega. A ello habría que agregar que se trata de escenas musicales que rompen con las convenciones genéricas de estas secuencias: Phoenix no es un cantante, así que siempre suena un poco desentonado y fuera de tempo; mientras que los acompañamientos instrumentales son siempre austeros y opacos.

Pero el mayor problema de Joker: Folie à Deux no es solo su fracaso como musical, sino su incapacidad para funcionar como secuela de Joker. La primera película logró un balance delicado entre el estudio de personaje y la crítica social, ofreciendo una historia autoconclusiva sombría pero con una gran coherencia interna. En cambio, Folie à Deux parece carecer de una dirección clara. La historia, aunque más ambiciosa en ciertos aspectos, se siente dispersa y, en muchos momentos, se pierde en sus propios excesos visuales y conceptuales. Y la química entre Phoenix y Gaga no alcanza el nivel necesario para hacer que la relación entre sus personajes se sienta creíble o emocionalmente relevante.

Para los fanáticos de la primera entrega Joker: Folie à Deux resulta decepcionante porque no logra mantener aquello que hizo de Joker un éxito, ni acierta en su arriesgada combinación de drama judicial, thriller y musical. A pesar de los esfuerzos de Phoenix, la película se desmorona por sus propias fallas estructurales.

Mariana de los Ríos
18 de octubre del 2024

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