Cesar Gutierrez
Incertidumbre sobre destino del país
La futura conformación del Congreso es una incógnita
No hay información fiable sobre cómo quedará conformado el nuevo Legislativo luego de la elección del próximo 26. Esta situación genera una gran incertidumbre, pues no se tiene idea de quiénes serán las personas, que es la información necesaria para hacer juicios de valor, ya que los partidos se han convertido en el vehículo para llegar a sentarse en el hemiciclo, y las lealtades al logo acabarán el día uno de la instalación del Congreso. Por supuesto, habrá excepciones que confirmarán la regla.
Dado el corto tiempo, será el Ejecutivo y algunas empresas las interesadas en sacar adelante leyes para llevar agua a su molino. En el Ejecutivo tendremos inexorablemente dos temas a discutir: la continuidad de Martín Vizcarra y la selección de seis de siete miembros del Tribunal Constitucional.
Habrá quienes digan que el tema de la continuidad de Vizcarra es una exageración. No lo veo así, pues es inimaginable el moqueguano fuera del poder el 28 de julio del 2021, con todo el cúmulo de procesos judiciales que están en lista de espera. En orden de aparición son los siguientes: las 40 causas por su gestión como gobernador de Moquegua, entre ellas el Hospital; los S/ 1,100 millones otorgados a la constructora CASA, miembro del Club de la Construcción, cuando fue Ministro de Transportes y Comunicaciones; la adenda del contrato de concesión del Aeropuerto de Chinchero, entre otros.
En línea con lo anterior, para una continuidad en el poder, ya sea porque se le autorice participar en la siguiente elección o alguna forma artificiosa para seguir sin pasar por elecciones; será ineludible un pronunciamiento del Tribunal Constitucional, para que pontifique su acción, conforme lo ha hecho el día martes pasado con la legalización del cierre del Congreso anterior. Para este objetivo tiene que contar con 87 votos en el nuevo Legislativo, hecho que se ve lejano pero posible.
En el nuevo Congreso, entre los partidos oficiosos, que no solo es el Morado, y una versión 2.0 de los topos del año 2000 se puede llegar a los 87 votos necesarios. Con el cúmulo de desconocidos que postulan, no es nada difícil que esto pueda ocurrir. Entre el manejo del voto electrónico, que se repite que es tan solo del 7% de los electores y los inscritos en los “tambos”, construidos en el quinquenio “humalista”, hay 1.8 millones de votos que podrían ser manipulados por un Ejecutivo que ha acaparado todos los poderes en el Perú. Con solo la mitad de ese caudal de votos tranquilamente se pueden elegir cerca de 30 congresistas, que sumados a los oficiosos harán la cantidad necesaria para los fines subalternos.
Luego, en el sector empresarial hay urgencia por precipitar dos leyes en curso, la de minería y la de hidrocarburos. En la primera, hay la necesidad de no crear más exigencias que las existentes, menos aún en un momento en que los conflictos sociales rebasan al Estado y dejan a la empresa sola contra las hordas caudinas. Mientras que en la nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos es indispensable no dejar pasar el lobby que pretende extender los contratos vigentes por lo menos 20 años, dándole a Perupetro la discrecionalidad de bajar regalías hasta el piso del 5% del ingreso bruto del operador.
La gran interrogante para estos dos casos, que son los más relevantes para el sector de las industrias extractivas, es ¿cómo actuará el nuevo Congreso? Si se cumple la lógica expuesta, diré que cualquier cosa puede pasar.
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