¿Hubo fraude contra Keiko?

La noticia de que José Cavassa, ex operador durante el fujimorato y presunto integrante de una organización de tráfico de influencias, habría trabajado asesorando a los personeros pepekausas en la segunda vuelta ha despertado las sospechas en tienda naranja de que —efectivamente— existió una estrategia de fraude en las pasadas elecciones presidenciales contra Keiko Fujimori. La noticia, aunque no ha sido tomada como usualmente se hace por los medios y periodistas antifujimoristas —no hay periodicazos ni titularazos— podría atizar la polarización y la confrontación entre el Ejecutivo y la mayoría en el Legislativo, y prolongar una guerra atómica que amenaza con la destrucción.

Aunque en silencio, en Fuerza Popular nunca se dejó de sospechar que hubo un fraude organizado contra la candidatura de Keiko Fujimori, en el que habrían participado el Gobierno de Humala Heredia, algunos medios y periodistas, así como todo el pepekausismo, incluido el ex jefe de campaña y ahora presidente Martín Vizcarra. En las sospechas se incluye la orden de inamovilidad de policías y militares dispuesta por el Gobierno humalista, la visita de una venezolana experta en entuertos fraudulentos (como Tibisay Lucena) y un “operativo mediático” que vinculó —días antes de la elección— a Keiko Fujimori en una investigación de la DEA por narcotráfico. En todo caso, tendrían que existir mayores pruebas para sustentar esa grave acusación.

Algunos analistas políticos indican que el pecado original del Fuerza Popular fue no reconocer su derrota y diseñar toda su estrategia política contra el Ejecutivo pepekausa basada en las sospechas de fraude contra Keiko. De allí se empezó a decir que el obstruccionismo de la mayoría naranja se debía a la “sangre en el ojo”. En todo caso, como señalamos, comenzamos a conocer los detalles de las pasadas elecciones presidenciales a cuentagotas, y la sorpresa mayor es que José Cavassa trabajó para el pepekausismo. Todo esto puede ser parte de un nuevo capítulo de la guerra de larga duración entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Los halcones fujimoristas tratan de atar cabos y ya empiezan a desplegar la idea de que —en efecto— hubo un fraude contra Keiko, lo que deslegitima las elecciones y —por ende— la presidencia de Martín Vizcarra. No obstante, todo dependerá de cuánta es la información que se revele en las próximas semanas y si —en última instancia— Cavassa esté dispuesto a revelar todo lo que sabe.

Solo así se puede entender el nuevo giro del presidente Martín Vizcarra quien en una entrevista en la cadena CNN vuelve a partir las aguas entre corruptos y honestos, cuando días atrás llamaba al diálogo. ¿Por qué esta nueva actitud del presidente? Pues Vizcarra adelantaría su estrategia y —ante nuevas y posibles revelaciones de un fraude consumado— intentaría protegerse indicando que el fujimorismo lo quiere vacar.

El choque brutal —como ninguno durante los últimos veinte años— se debería resolver en un diálogo, que por ahora es imposible. Más cuando en Fuerza Popular se comienza a tener sospechas macizas de que algo no santo pudo ocurrir en las elecciones pasadas.