Guerra avisada...

“Nunca nos rendiremos. Así no gane el amauta Castillo, ya una inmensa proporción de la población nos respalda. Llegaremos al gobierno de una u otra manera, la generación bicentenaria saldrá a las calles y sacará del poder a esa mafiosa que llegó al mismo con trampas; prepárate Perú”. “Antes arrasar con el Perú que entregárselo a la corrupción”. “Tierra quemada si gana Keiko, que no quede nada para que no pueda robar, y que el pueblo arrase con todo; esa es la consigna. ¡Viva la patria! Si no podemos salvar al país nos hundiremos con él”.

Todas las anteriores frases son declaraciones públicas de Perú Libre, hechas a través de sus redes sociales. ¿Acaso no está penada la apología al terrorismo? ¿Existe la Fiscalía de Prevención del delito? ¿Dónde está el defensor del pueblo?

En las últimas horas el personal de la Policía Nacional y del Ejército hallaron gran cantidad de municiones para armas de guerra en el distrito de Cenepa, en Amazonas. También en días pasados descubrieron distintos arsenales con gran cantidad de armas en varios puntos de la capital, así como observamos la presencia de licenciados del ejército ubicados estratégicamente en distintos puntos de Lima. ¿Cuántos venezolanos y cubanos están infiltrados? Son indudablemente una fuerza militarizada preparada para infiltrarse en cualquier marcha que se produzca; tal como en Chile, donde incendiaron la capital, quemaron el metro y las iglesias, y saquearon centros comerciales para luego incendiarlos.

Revisando los antecedentes policiales de Castillo se encuentra el verdadero rostro violentista del candidato. Aunque algunas denuncias han sido archivadas, la recurrencia desnuda la otra cara del profesor. Sus maneras suaves y compungidas ante cámaras son muy distintas de los agresivas y violentos discursos ante las manifestaciones.

Fue denunciado en Chota el 2007 ante la Primera Fiscalía Provincial Mixta de Chota por el delito de fraude electoral; y ante la Segunda Fiscalía por abuso de autoridad. El año 2017 fue denunciado por extorsión (sede Fecor), por atentado contra un medio de transporte y por disturbios, así como por usurpación de función pública (sede Huancavelica). En Ayacucho fue denunciado por perturbación de medios de transporte, disturbios, desobediencia y resistencia al orden oficial y contra la tranquilidad pública (Primera y Segunda Fiscalía Provisional). También  en Cusco fue denunciado en 2017 por disturbios, simulación de ejercicio profesional, atentado contra la autoridad y V.R.A. a mano armada (Fiscalía Especializada en Prevención del Delito).

Resulta evidente que Sendero y su brazo político de Perú Libre solo están usando el sistema democrático para hacerse del poder. Pero en caso de perder, desconocerán los resultados electorales y llamarán a la insurgencia, promoverán marchas y tomas de carreteras, fomentarán los saqueos y la violencia. Es una oportunidad de oro para las huestes senderistas.

La sociedad puede ser atacada, y si no se responde con autoridad y contundencia tendremos el mismo escenario que Chile y Colombia. No hay pretextos que valgan luego de los más de 60,000 muertos que nos dejaron los años del terrorismo. Ni las reivindicaciones sociales, ni el fraude electoral, ni la lucha contra la corrupción son argumentos válidos para iniciar una asonada violentista. Tampoco para que los jóvenes vuelvan a ser usados, como en Noviembre pasado.

La patria no puede mostrarse débil. Las fuerzas policiales tienen que actuar, respaldadas por la sociedad. No pueden enfrentar bombas incendiarias, huaraqueros pedradas y botellazos sin el derecho a defenderse . Es vergonzoso verse rodeados de fiscales prestos a denunciarlos por defender su vida y la de sus compatriotas. Si en noviembre las fuerzas del orden no se plantaban firmes en defensa del Congreso, hoy tendríamos un congreso incendiado y en escombros. Nunca la amenaza senderista ha sido más real que ahora; ni cuando sembraron coches bombas en las calles de Lima.

Votar por Perú Libre es votar por quienes son expertos en destruir en vez de construir. Pensar que los pobres no tienen nada que perder es negar los sueños y esperanzas de miles de jóvenes que nunca tendrían una oportunidad con el comunismo. ¡Salvemos el Perú, votemos por la libertad!