Manuel Gago
Genio maligno se apodera de Perú
Evita que la población esté enterada
Un genio maligno pretende proteger intereses vinculados con el caso Lava Jato, aprovechándose de la casi nula capacidad de duda de la mayor parte de la población. Ese poder oculto poderosísimo ha organizado operativos de distracción y desinformación, utilizando la mayor parte de los medios de comunicación disponibles. Se vale, además, del fiscal Domingo Pérez (viejo conocido del presidente Martín Vizcarra) para direccionar las acusaciones solo en contra de los opositores del actual régimen.
Para el deleite de las turbas confundidas y ganadas por las pasiones más bajas, el fiscal Domingo Pérez se ensaña con un sector de los acusados. Sin embargo, ese mismo fiscal impide el avance de las investigaciones del caso del aeropuerto de Chinchero, en el que está involucrado el jefe de Estado, cuando era ministro de Transporte.
La población debe saber que Martín Vizcarra fue socio de las empresas y empresarios del grupo Odebrecht por medio de su empresa constructora CyM, consorciada en 2005 con la empresa Graña y Montero (G&M), como consta en la partida Nº 11006796 de los Registros Públicos de Lima. El genio maligno está haciendo todo lo posible para ocultar y evitar esta información y otras investigaciones en su contra y en contra de sus amigotes. Con el inmenso poder económico y político que lo respalda, hace reglajes e interfiere las llamadas telefónicas y las comunicaciones de los opositores. Hackean los blogs y los portales del periodismo libre en Internet. Sin escrúpulos, ese genio maligno direcciona a los crédulos con las portadas de los diarios y con los resultados de las encuestadoras que, de pronto, sacan de la manga popularidades a su antojo (Jorge Muñoz, alcalde de Lima).
Gran parte de la extendida y frágil clase media está siendo llevada de las narices por ese genio maligno. Y no reacciona, está enajenada. Ha dejado a la voluntad del titiritero su inconsciencia. Ya lo han dicho varias veces: “la clase media cada vez más tiene menos formación cívica y política”. La denominada “televisión basura” se encargó de eso: de hacer a la población frívola, esnobista y hasta irracional. Esa es la sociedad ideal de manejar, a punta de fake news, posverdades, memes y estribillos sin sustancia.
Si la justicia fuera un poder autónomo, hace rato todos los implicados en el caso Lava Jato estarían acusados y procesados judicialmente, y algunos presos. Fiscales y jueces probos harían su trabajo con absoluta discreción, y no por protagonismos para desviar las atenciones. Porque la justicia se ha vuelto un espectáculo para inducir odios en población.
Mucha gente no sabe que el caso Lava Jato comprende a las constructoras brasileñas que realizaron obras públicas consorciándose con ciertas constructoras peruanas. Sobrevaloraron las obras y, con parte de la diferencia, pagaron coimas a presidentes (Toledo), gobernadores (Acurio, de Cusco), alcaldes (Villarán, de Lima), funcionarios públicos (Cuba, ex viceministro) y donaron dinero a candidatos políticos (Keiko Fujimori).
El presidente Vizcarra ha establecido una nueva dictadura en Perú. Controla descaradamente el sector justicia aprovechándose de una popularidad sobredimensionada. Constantemente amenaza con disolver el Congreso si no hace su voluntad. Ha abandonado su principal tarea, la de gobernar. Por ejemplo, los taladores ilegales, contrabandistas, sembradores de coca, narcotraficantes y terroristas de Sendero Luminoso están espantando a las inversiones forestales y de hidrocarburos en la Amazonía. Por otro lado, el presidente boliviano, Evo Morales, anunció que venderá balones de gas a Puno, Tacna y Moquegua. ¿Vizcarra firmará esos contratos? Porque los gobernadores regionales no están facultados para firmar convenios comerciales con otros Estados. Asimismo, Estados Unidos podría demandar a Perú por violar el Tratado de Libre Comercio (TLC) establecido entre ambos países. El Ejecutivo de Vizcarra ha transferido el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR) de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) al Ministerio del Ambiente (MINAM), violando la independencia del organismo fiscalizador.
Es decir, Vizcarra, en lugar de gobernar para el beneficio del país, estaría usando la presidencia del Perú solamente para librarse de las graves acusaciones en su contra.
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