Eduardo Zapata
Están en otra
Conceptualizar el Estado a partir del imaginario de los usuarios

Los jóvenes acuñaron la frase. Para referirse a una persona o un grupo de personas con las cuales es imposible establecer relaciones. Porque, por diversas causas, esa persona o grupo se han desentendido de nosotros.
Y están en otra quienes —hoy, a propósito de crisis recurrentes— pretenden trazar Estado prescindiendo de sus usuarios. No es casual que los cajones de los escritorios de la burocracia representativa —vinculada a los políticos— y de la burocracia no representativa —vinculada a la llamada sociedad civil— estén llenos de costosas, ineficaces y abortadas reformas del Estado. Todas coincidieron en construir un Estado de papel, prescindiendo de los usuarios y sus auténticas motivaciones y conductas. Todas, eso sí seguro, bonitas para el power point.
Están en otra quienes creen todavía que los actores sociales y económicos en el Perú admiten la intervención del Estado en su vida económica. En ciudad y campo no la toleran. Solo desean que el Estado asegure servicios. Por lo cuales han pagado, siguen pagando y todavía no reciben nada.
Están en otra quienes creen que el núcleo familiar andino está (y peor, debe estar) compuesto por papá, mamá y dos hijitos. En campo y ciudad andinos el hombre es excedentario y la familia está constituida por la mujer y los hijos. ¿Acaso el hombre no es hasta alquilado por la mujer como fuerza física en el mundo rural?
Están en otra quienes prejuiciosamente estiman que las sociedades primitivas andinas viven de espaldas al mercado. A pesar de los esfuerzos históricos y actuales del Estado, esos actores han configurado más del 50% del producto bruto interno y de la fuerza laboral.
Están en otra quienes todavía creen que el capitalismo popular es mera estrategia de supervivencia. Es actualización de pertinencias culturales vinculadas al vigor de las culturas orales. Por si acaso, Homero fue un poeta oral. Y esa emergencia representa —grosso modo— el 70% del PBI y del empleo.
Eso que llamamos futuro de la patria —los jóvenes— y eso que llamamos marginalidad económica —capitalismo popular o informalidad— constituyen en el Perú mayoritaria porción de usuarios del Estado. Y por ser los mayoritarios usuarios de la ciudadanía, garantes de la institucionalidad. Hendir funciones, redes, relaciones e instituciones en el tiempo, institucionalizar, implica conceptualizar el Estado tomando en cuenta los imaginarios de los usuarios. No puede haber institucionalidad en el Perú con un Estado conceptualizado excluyentemente por minorías mercantilistas. Sociales, económicas o culturales.
De modo que no se trata solo de “notables”. Se trata de incorporar al Perú real en este país de papel que hizo de la mentira social una coartada para la corrupción. ¿Por qué no Jurados, por ejemplo?
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