¿Escuchará Vizcarra a los asesores de PPK?

De alguna u otra manera, el presidente Martín Vizcarra debe hilar fino si no quiere que su Gobierno sea tan efímero como el de PPK. Si Vizcarra se entrega a los consejos de los mismos maquiavelos de bolsillos que persuadieron al ex presidente PPK a abrirse una guerra con la mayoría en el Congreso estaríamos entrando en un camino de incertidumbre política (que tocará a la economía, no lo duden) que pondría en jaque la gobernabilidad en el país. Y cuyo final sería o la disolución del Congreso o la salida de Vizcarra.

Es decir, todo depende del Presidente. La legítima indignación ciudadana sobre el contenido de los vergonzosos audios destapados por IDL-Reporteros ha sido aprovechada de nuevo por los aprendices de rasputines. Ellos ya empiezan a tejer sus propios hilos y pretenden confrontar al presidente Vizcarra con la mayoría en el Parlamento, bajo el cuento de que tanto Fuerza Popular como el Apra no quieren cambios en el CNM, sino parches. Y a pesar de que el Congreso, a través de la Comisión de Justicia, ya empezó con las investigaciones contra todos los miembros del CNM. Debido proceso, le dicen.

El presidente Vizcarra ha hecho bien en convocar a una Legislatura Extraordinaria (a pesar del lapsus del anuncio). La convocatoria por parte del Ejecutivo a una Legislatura Extraordinaria debe haber sido conversada o pactada con los líderes del Congreso. De haber sido así, el Presidente estaría mostrando que no sigue los consejos de quienes quieren la confrontación y la guerra abierta.

El otro camino, como indicamos, es la abierta confrontación; y allí nadie ganaría. Como extremistas hay en todas partes y en ambos bandos, algunos analistas y periodistas del bando antifujimorista —que le susurraban consejillos a PPK— han pedido que Vizcarra solicite una “cuestión de confianza” como una medida in extremis. ¿Saben acaso que semejante pedido podría reventar en mil pedazos la gobernabilidad? El único remedio contra los extremos es seguir a pie juntillas lo que manda la Constitución y las salidas que ofrece. Eso es republicanismo, y lo otro es el llamado a la anarquía.

En ese sentido también el nombramiento de una comisión de “notables” (integrada, entre otros, por Alan Wagner) puede ayudar en la reorganización del sistema judicial (y a pesar de que un hombre del nadinismo, Walter Albán, integra dicha comisión). En todo caso, las críticas del sector fujimorista hacia esta comisión “de mayoría caviar” son entendibles, pero que sea Alan Wagner quien la lidere supone cierta calma.

Como decíamos, el caso de los entripados corruptos de jueces en la CNM y de otras Salas ha sido aprovechado por el bando antifujimorista para pretender liderar la reforma del sistema de justicia desde las calles. Sí, es cierto. Suena a locura, pero es cierto. A los consejos de rasputines y maquiavelos se suman las movilizaciones y marchas que se empiezan a organizar por colectivos y líderes de la denominada izquierda mesocrática, que colaboró con Toledo, Villarán y Humala. Todos ellos, cosa risible y curiosa, metidos de lleno en los negociados de empresas brasileñas como OAS y Odebrecht.