Mario Saldaña

Entre el anti y el "mal menor"

Entre el anti y el "mal menor"
Mario Saldaña
02 de octubre del 2014

Las preferencias polémicas del un sector de votantes en las próximas elecciones

“¿Y, cómo es el domingo, señor Mario?”, me preguntó antier Felipe, quien me corta el cabello desde hace al menos 25 años. Y recuerdo, cómo no y muy nítidamente, que Felipe (renegado ex aprista) me confesó en febrero de 1990 -a dos meses de las elecciones de ese año-, que había decidido su voto por Fujimori “para que haya pelea pues, para que Vargas Llosa no se la lleve tan fácil y porque, imagínese, después de la hiperinflación de Alan, qué va a pasar si el Fredemo hace que los precios de las cosas se vayan al cielo”

El Felipe de hoy, más sosegado y un tanto más racional en política (los años no pasan por gusto), me confiesa que su voto está entre Cornejo y “Huevo Duro”, porque, según él, “son los que tienen mejores ideas, y eso, que hasta hace una semana, estaba casi decidido por el Mudo, pero oiga, es la misma vaina y yo creo que es mejor refrescar el asunto, algo nuevo ¿no?. Y la tía Susana, mejor ni hablar ah!, se la ha pasado haciendo política y no ha hecho naaada en 4 años; en mi barrio, en Zárate, pucha que la odian, no pasa nada, todo el mundo por eso espera que regrese el Mudo nomás, ¿qué queda?”.

Este pequeño focus personalizado me vuelve a estrellar con una elocuente realidad. La fragmentación social y económica del Perú, y la aproximación individual frente a la cosa pública, el Estado y la política es lo que determina, en uno u otro sentido, el voto. Así como tengo amigos periodistas, profesionales y comunicadores con lo que nos la pasamos a diario especulando y haciendo cálculos sobre el día a día político y las perspectivas de la marcha económica del país, tengo otros amigos (del colegio o de la universidad) o parientes de similar capacidad intelectual, e incluso de buena situación económica, a los que la política y los políticos les interesa un verdadero pepino, que no tienen idea aún por quien van a votar este domingo. Pero eso sí, muy de vez en cuando, cuando me leen o me escuchan algún comentario en TV, me llaman para decirme cosas como “sabes que me cayó la SUNAT el otro día” y a renglón seguido me cuentan un vía crucis, o lo mismo “cuando estaba tramitando un permiso en la municipalidad xxx y ese alcalde es un xxxx…”

Y pienso, qué parecidas pueden ser la actitud que tiene ese amigo empresario, que da empleo, que le va bien y que su único punto de interés en la política o la cosa pública es cuando ésta le toca personal o directamente, con la del poblador puneño, cajamarquino, moqueguano abandonado por el Estado, y que el domingo seguramente apoyará a Aduviri o a Santos.

Uno votará por el mal menor, por el que menos problemas le cause, por el que lo “deje trabajar”. El provinciano votará “contra una amenaza”, por “defenderse de las mineras”, “de los limeños”, o lo que fuere. Ambos tipos de votantes han armado su propia entelequia sobre el poder.

Y a diferencia del Felipe del 2014 (que apuesta por las ideas), los otros optarán entre “el anti” y “el mal menor”. La pregunta es. ¿Hasta cuándo?

Por Mario Saldaña
(2 Oct 2014)  

Mario Saldaña
02 de octubre del 2014

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