Aldo Llanos
Enfoque de género, ¿una propuesta sin salida?
El monopolio ideológico alrededor del tema en manos del radicalismo
![Enfoque de género, ¿una propuesta sin salida?](https://elmontonero.pe/upload/uploads_images/enfoque.jpg)
En el año 2017 el Ministerio de Educación del Perú (Minedu) presentó oficialmente el Currículo Nacional de Educación (CNE) postulando ocho enfoques transversales a desarrollarse en la Educación Básica Regular (EBR). Esta abarca desde la Educación Inicial hasta la Secundaria. Uno de estos enfoques, llamado “Enfoque de Igualdad de género”, ha causado tal controversia al punto de generar polarización y enfrentamientos hasta el día de hoy. Básicamente, agrupaciones de padres de familia conservadores y colectivos de matriz religiosa cristiana se pronunciaron ante lo que ellos consideraban “la instauración de la Ideología de Género”, mientras que, frente a estos, se alzaron las voces de colectivos de izquierda, académicos progresistas y agrupaciones feministas y LGTB.
El Minedu ha intentado explicar por todos los medios posibles –haciendo uso del aparato y los recursos del Estado– que no existe tal ideología y que ese enfoque más bien se centra en la promoción de la igualdad de oportunidades y de la no discriminación. Entonces, si esto es así, ¿por qué se ha generado tanta oposición al Enfoque de Igualdad de género? (En relación a la Unidad 5: “Debates actuales: implicancias en la educación), ¿se tratará de una reacción endémica de la región o de un caso más de oposición ciudadana en el mundo?(En relación a la Unidad 1: “Génesis histórica del feminismo del siglo XXI”), ¿tendrán algo que ver los marcos de referencia dentro de los cuales interpretan las ideas del enfoque los grupos a favor y en contra? (en relación a las unidades 2 y 4: “El trasfondo filosófico: ideas fundamentales” y “¿Naturaleza o cultura? Una mirada antropológica”, respectivamente”). ¿O quizás hay una “tercera vía” que ambos grupos en disputa no han logrado vislumbrar? (en relación a la unidad 3: “El género como categoría de análisis”). Estas interrogantes nos llevan a preguntarnos, ¿hasta qué punto es posible alcanzar el consenso social sobre el Género como Enfoque educativo aceptable y viable?
Este artículo postula la idea de que sí es posible alcanzar el consenso social, validando al género como categoría de análisis mediante una propuesta interdisciplinar en la que confluyan tanto las CC.HH. (como la antropología, la sociología y la psicología) como las CCNN (la biología). De este modo, se garantiza la representatividad de los grupos en disputa en el diseño de una nueva propuesta que yo calificaría como “un correcto y necesario Enfoque de Género” (siempre abierto a las perspectivas de otras áreas del conocimiento como la Ética, la Historia o los Sistemas Religiosos).
Lo primero es clarificar los términos utilizados por ambos grupos en cuestión. “Ideología”, en su primera acepción, es el “conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.”. Si nos damos cuenta según esta definición, en la Ideología hay espacio para múltiples interpretaciones de la realidad de acuerdo a cada grupo humano en un determinado contexto espacio-temporal. Por otro lado “Género”, en su tercera acepción, es el “grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico”. Esta definición me parece la más pertinente debido a que abre la puerta a la posibilidad de una tercera vía dado que, los grupos en disputa, sostienen posturas irreconciliables desde sus propios marcos de referencia al estar situadas en los extremos antagónicos de lo que definen como género: como construcción puramente cultural versus la exclusividad y prevalencia de lo biológico.
Pero creo que también la R.A.E. aporta mucho a la salida de este problema en su definición de “Enfoque”. Para esta, Enfoque, referido a la acción de enfocar es “dirigir la atención o el interés hacia un asunto o problema desde unos supuestos previos, para tratar de resolverlo acertadamente”. Pues bien, dadas estas precisiones, mostraré en dónde radica el problema del actual “Enfoque de Igualdad de Género” que, dada las imprecisiones terminológicas en el documento oficial, abre la posibilidad de ser tachada como Ideología de Género y de encontrar resistencias.
En el Currículo Nacional son cuatro los conceptos “fuertes” que son los que causan mayor controversia en su utilización. Estos son: Sexo, Género, Identidad de Género y Orientación Sexual. Se debería empezar precisando, en consonancia con la Dra. Ana Samuel que, el Sexo hace referencia a lo biológico dado, es decir, a lo genético y a lo fenotípico, mientras que el Género hace referencia a lo psicológico y lo sociológico, al igual que Identidad de Género y Orientación sexual. Sin embargo, en virtud de la propuesta que propongo en este artículo, me atrevería a agregar que la Dra. Samuel no hace ninguna referencia a que el Género, en su aspecto psicológico, también es influido por lo biológico, ya que, en la autopercepción y aceptación psicológica de lo dado, también intervienen condicionantes biológicos de percepción (en el uso de los sentidos externos y los internos cuyos órganos forman parte del Sistema Nervioso) así como también mediante la acción del Sistema Endocrino, en la presencia de hormonas y neurotransmisores –activos o no–, durante esta “autopercepción”. Este es el campo de aporte interdisciplinario entre las ciencias humanas y las ciencias naturales. Pues bien, estas primeras precisiones necesariamente deben ser introducidas en el documento para luego corregir otras imprecisiones terminológicas que terminan generando contradicciones en el desarrollo del mismo. Veamos.
En la página 23 del Currículo dice: “La Igualdad de Género se refiere a la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y varones”. Esto no es compatible con las propuestas del feminismo radical contemporáneo que preconiza que tanto varones y mujeres tienen los mismos deseos, necesidades y aspiraciones al ser esencialmente neutros. Pero en seguida el texto dice: “En una situación de igualdad real, los derechos, deberes y oportunidades de las personas no dependen de su identidad de género”. ¿No debería decir más bien que no dependen de su sexo?, porque escrito de este modo hace ver que la igualdad real depende de su Identidad de Género, es decir, si es que se es transgénero o cisgénero. En la misma página 23 y de modo similar en la página 46, dice lo que quizás sea lo más problemático: “Si bien aquello que consideramos “masculino” o “femenino” se basa en una diferenciación biológica-sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones”.
¿Cómo se explica esto? Al no estar precisado en líneas posteriores este párrafo permite la posibilidad de interpretar al Sexo y al Género como iguales, es decir, como construcciones sociales. Luego, en la página 193 recién aparece una definición de Género, pero muy ambigua. En esta se lee: [Género] “Roles y conductas atribuidas por las diferentes sociedades y culturas a hombres y mujeres, entendidos desde una dimensión sociocultural, y no exclusivamente biológica” ¿No “exclusivamente” biológica?, ¿qué quiere decir con esto?, ¿qué admite la posibilidad de que el Género también posee un componente biológico? Si la respuesta es afirmativa, entonces se abre la posibilidad de igualar -una vez más-, Sexo con Género.
Estas (contadas) imprecisiones son las que a la larga han generado una fuerte oposición y un clima polarizado en el debate público peruano y no es que se trate de “poca cosa”, sino que estas abren la posibilidad a que el Currículo sea el punto de arranque de una posición que se radicalizaría en los siguientes años. El más claro ejemplo de esto son los países en los que la llamada “Ideología de género” está fuertemente enraizada en los documentos y políticas educativas, como lo son España y Canadá, en las que han llevado esto hasta el paroxismo. Por ejemplo, en el país vasco las autoridades locales dan cabida a asociaciones como “Chrysallis Euskal Herria”, perteneciente a la Asociación de familias de menores transexuales “Chrysallis”, quienes todos los comienzos de año desde el 2016 promocionan avisos en lugares públicos (como estaciones de transporte público y escuelas) que dicen: "Hay niñas con pene y niños con vulva. Así de sencillo".
Hasta allí todo parece “democrático”, sin embargo, cuando la asociación “Hazte Oír” empezó una campaña en sentido opuesto por medio de la puesta en rodaje de un bus que mostraba un anuncio que decía: “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen”, esta fue prohibida en todo España por supuestamente “incitar al odio”. Y permitirlo en los colegios, un imposible. Queda claro que el monopolio ideológico alrededor del Género como concepto en marcha, está en manos del feminismo radical y del activismo LGTB. Y de allí el sustancial recelo que suscita a la oposición del Enfoque en nuestro país ante semejante avasallamiento unilateral.
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