Iván Arenas

El presidente ilegítimo

Sospechas de fraude electoral generarán grandes problemas

El presidente ilegítimo
Iván Arenas
13 de julio del 2021


En su último discurso Keiko Fujimori anunció que no reconocerá la proclamación de Pedro Castillo como presidente electo por parte de las instituciones, en este caso el JNE. La advertencia se produce en el marco de una estrategia que se desarrolla a nivel internacional para advertir a la comunidad de lo que sería un fraude; y de varias movilizaciones de diversos colectivos de la sociedad civil que, por su tamaño, son históricas para la centro derecha y los sectores democráticos. El apoyo de Vargas Llosa en ese sentido es absolutamente vital y, vale decirlo, podría ser hasta decisivo.

No obstante todo ello, el gobierno de quien sería futuro presidente, Pedro Castillo, con apoyo explícito de las autoridades de turno y algunas instituciones, nacería como ilegítimo. Dicha condición no es baladí sino mortal para un gobierno. Y de allí nacerían todos los futuros problemas en los próximos meses. 

Ahora, ya de por sí Pedro Castillo es probablemente uno de los presidentes cuya preparación reduce al mínimo la majestad del cargo. Es cierto que sus años en la lucha sindical le dan cierto fuste para entender la política; no obstante, ser secretario de un gremio no es lo mismo que ser presidente de un país. Sus dislates serán continuos e irreparables frente a las encuestas. 

Pero volviendo al tema de fondo, el poder nace de la legitimidad que es la columna que sostiene la política. Por lo tanto, la percepción en una gran parte de peruanos es que Castillo no solo es un presidente fraudulento, sino también con poca capacidad para gobernar un país como este. El anuncio del inicio de proceso que busque una asamblea constituyente y las últimas opiniones son las primeras señales que dan crédito a semejante percepción. 

El asunto es que para una mayoría que apostó por la candidata Keiko Fujimori, Castillo es ilegítimo. Y esa será la idea principal en una narrativa potente que se está gestando. 

Frente a las acusaciones de ilegitimidad, el gobierno de Castillo tendría poco margen de maniobra. Apostar por una asamblea es simplemente atizar los fuegos en los inicios de una probable tercera ola de la pandemia. 

Pero el tema no queda allí. En el frente interno, Castillo puede ser ilegítimo hasta en el propio partido que lo llevó al poder: el grupo cerronista cree a pie juntillas que no habría un Castillo presidente sin Cerrón. Y por el otro lado, el sector caviar cree que sin la lavada de cara y su apoyo Castillo no sería mandatario.

Iván Arenas
13 de julio del 2021

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