Iván Arenas

El papel de la izquierda caviar en el linchamiento

Se ha convertido en la bancada del Gobierno

El papel de la izquierda caviar en el linchamiento
Iván Arenas
28 de noviembre del 2018

 

A estas alturas sería sumamente difícil que cualquier peruano de buena voluntad niegue la existencia de un linchamiento político-judicial y mediático contra la oposición al Gobierno de Vizcarra. Para demostrarlo basta recordar que ningún aliado del Gobierno está encarcelado (como sí los está Keiko Fujimori) y que ningún aliado del Gobierno ha sido demolido mediáticamente (como lo ha sido Alan García). Decir lo anterior no me impide reconocer los yerros de Keiko o García, pero eso es harina de otro costal. No obstante, la estrategia política, legal y mediática —el linchamiento— no habría funcionado con la precisión de un reloj sin la participación y la anuencia de la izquierda caviar. Hoy, sin temor a equivocarnos, podemos indicar que la izquierda caviar (desde el Congreso, medios y periodismo) es un aliado del Gobierno de Vizcarra. Un triste final.

De alguna manera también se puede decir que la izquierda caviar vive un romance con la derecha tradicional, la derecha no fujimorista. De allí que sus principales congresistas y líderes se pasean en las redacciones de los medios y son mimados en los platós de televisión. Y no es un asunto coyuntural. Basta mirar la historia de la política peruana para encontrar alianzas contranatura entre grupos mediáticos de la derecha, oligopolios que controlan medios y sectores de la izquierda limeña y blanquiñosa, con el propósito de deshacer a la oposición.

Sin embargo, ayer como hoy, el yerro de la izquierda caviar será pagado con creces. ¿Por qué advertimos lo anterior? Porque –en una actitud sorprendente- la izquierda caviar le está lavando la cara a la derecha no fujimorista, que está metida de cabo a rabo en la megacorrupción Lava Jato. Y sin temor a equivocarnos, podemos decir que para las próximas elecciones se organizará una “derecha honesta”; es decir; el próximo pepekausismo. ¿Y la izquierda caviar? Es casi seguro que volverá a ser furgón de cola.

Es impensable que la izquierda caviar renuncie a su vocación estatal. De allí su convivencia con el albertismo (¿recuerdan cuando Fujimori se distanció de la Iglesia católica por la implementación de la política de control de la natalidad?), copó el toledismo, obtuvo privilegios durante el segundo Gobierno de García, se afianzó con el humalismo y ahora influye de manera decisiva en el pepekausismo de Vizcarra. Por lo tanto, ha convivido con todos los gobiernos desde una posición privilegiada, casi siempre en ministerios.

De allí es comprensible el genuino y conveniente silencio con el caso Humala-Heredia, una defensa silente. Incomparable con el caso de Keiko por donde se le mire. ¿Hicieron lo propio, por ejemplo, con la arbitraria prisión preventiva contra el gobernador de Cajamarca Gregorio Santos? De ninguna manera. Y a pesar de que el cajamarquino es un “compañero de camino” contra el modelo económico.

Pero, como advertíamos líneas arriba, el papel de la izquierda caviar en el linchamiento político, legal y mediático ha sido neurálgico. Hoy, de facto, en el Congreso se han convertido en la bancada de Gobierno, y se soslaya que Vizcarra estaría involucrado en un caso de corrupción como Chinchero y ha sido el jefe de la campaña de PPK, que habría recibido aportes de Odebrecht y cuyo triunfo tiene como origen una brutal sospecha de fraude electoral. En un cambio sorprendente de los roles, hoy con el cuento de luchar contra la corrupción, la izquierda caviar, el Gobierno y un sector de medios tradicionales han conformado una barra brava y, en una guerra del fin del mundo, pretenden que el fiscal de la nación Pedro Chávarry renuncie. ¿Y de Lava Jato? Ni una palabra, pocas columnas y menos reportajes.

En la historia de cómo una minoría se transformó en una mayoría se escribirá que ello no habría sido posible sin el conveniente matrimonio entre una izquierda caviar —que se olvidó de fiscalizar y que fue aliada de los medios— y la derecha tradicional. Revolucionarios de papel.

 

Iván Arenas
28 de noviembre del 2018

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