Alan Salinas

El Papa de la gente

Evangelina Himitian y su biografía del Papa Francisco

El Papa de la gente
Alan Salinas
09 de abril del 2020


El título de mi columna de hoy es el título de la biografía la biografía de Jorge Bergoglio, o el Papa Francisco, escrita por Evangelina Himitian. Comencé a leer el libro, nuevamente, por estos tiempos de cuarentena, y realmente vale la pena volver a él. De un tirón, y en pocos días, leí todo el libro que relata todo el camino recorrido por Bergoglio hacia el Vaticano. Nada fácil, por supuesto. Los caminos al poder siempre, así sea eclesial, están llenos de obstáculos muy paganos y terrenales. Al fin y al cabo, somos seres humanos. Y como humanos no estamos exentos de aciertos y errores, así como de bondad y maldad. Y de matices entre estos y aquellos. Las zonas grises de la vida. 

Himitian comienza contando que –como nos relató la prensa a la llegada del Papa al país– sobre los ancestros italianos del pontífice, su paso por la biología, su amor por una chica (a la que el Santo Padre comentó que si no era sacerdote, se casaba con ella), así como su “adhesión” al –siempre complejo– peronismo y la influencia de una bióloga comunista en la vida de Bergoglio quien –allá por los años setenta– fue torturada y desaparecida por la dictadura militar en Argentina. 

Vayamos a lo central del texto. Según la autora, la sencillez de las actitudes del Papa y el trabajo como forma de vida para alcanzar la alegría de Dios fueron (y siguen siendo) el ritmo de su acción. Lo que le motiva. Nada de opulencia. “La iglesia de los pobres” –como él suele decir– tiene que dar el ejemplo. Es jesuita y, como tal, se rige por la austeridad, la reflexión y el trabajo como ética de vida. “Siempre acompañando, siempre escuchando, siempre pensando en la acción, siempre resistiendo y siempre afrontando con alegría y dignidad lo que las cotidianidades y el poder lee ponen al frente”, es lo que podemos leer en ese texto. 

Y es que estar en una vieja y milenaria institución, como es la Iglesia católica, requiere mucha templanza y mucha fe frente a las múltiples dudas, alejamientos, cizañas y mezquindades, que también los hay. No es nada fácil, como lo escribí líneas arriba. Hace mucho tiempo, el catolicismo es percibido como anticuado. Pero la “revolución de la fe” -como propone el Papa Francisco– puede dar un giro de ¿180 grados? a las inseguridades, e inequidades en el mundo. 

Volvamos al esfuerzo del origen para –según nuestros códigos actuales– mejorar el mundo. Ese es el mensaje. ¡Un libro recomendable!

Alan Salinas
09 de abril del 2020

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