El mandante está ponderando

Los procesos electorales en el Perú suelen ser impredecibles. El día de la elección la ciudadanía asume la posición del mandante y decide brindar su confianza a quien le genere mayor empatía. Con la excepción de algunos electores radicalizados, la ideologización casi no está presente ni hay sentimiento de pertenencia a tendencia alguna.

La proximidad de la fecha electoral hace que la ciudadanía decante a unos y migre su voto a favor de otro candidato. Al respecto, el caso de Renzo Reggiardo resulta interesante de analizar. El candidato de Perú Patria Segura se encuentra en campaña desde hace años, levantando principalmente las banderas de la lucha contra la delincuencia común. Desde que se dio inicio a la campaña ocupó el primer lugar, pero nunca superó el 15%. Los demás candidatos aún estaban por debajo del 5%. Su principal error fue creer que el porcentaje que lo respaldaba resultaba suficiente para ganar la elección, y por eso decidió no participar en el primer debate electoral convocado por el Jurado Nacional de Elecciones. Su equipo de campaña le habría indicado que el riesgo era muy grande porque, naturalmente, todos los demás candidatos buscarían debilitar su posicionamiento en la ciudadanía.

Grave error, porque Reggiardo perdió la oportunidad de dar a conocer su plan de gobierno municipal y fue calificado como soberbio por sus opositores. Daniel Urresti, el candidato de Podemos, aprovechó la ausencia de Reggiardo para ridiculizarlo, pidiéndole disculpas públicas por los agravios y anunciando que se iba a autoflagelar por haber incomodado a su majestad. De inmediato, las redes sociales viralizaron la respuesta de Urresti, quien se posicionó como el retador empoderado frente a quien se encontraba en el primer lugar en los sondeos de opinión pública.

Reposicionado el tablero electoral (con Reggiardo en bajada y Urresti en ascenso), Ricardo Belmont en busca del segundo lugar (tampoco asistió al primer debate del JNE) acuerda con Reggiardo realizar un debate de a dos, excluyendo a Urresti quien representa al mismo electorado que Belmont. En el ínterin, Ricardo Belmont, dos veces ex alcalde de Lima y candidato por Perú Libertario, quien iba creciendo en la aceptación de los sectores más populares, comete el error de hacer un comentario misógino en una de sus presentaciones públicas, que fue viralizado y tomado por los medios de comunicación como una ofensa que merecía una sanción. El electorado decide apartarse de Belmont y seguir a Urresti, a quien posiciona en el primer lugar.

En el otro extremo del electorado tenemos a advenedizos seguidores de Reggiardo, quien al tomar conocimiento de la evolución de las últimas encuestas (que colocan a Daniel Urresti en el primer lugar), decide encumbrar a otro candidato. En este caso a Jorge Muñoz, quien llegó a la alcaldía de Miraflores bajo las banderas de Somos Perú y posteriormente se inscribió en Acción Popular, en virtud que Somos Perú decide postular a Lima a Juan Carlos Zurek (actual alcalde de La Molina).

Las cartas aún no están echadas a favor de Jorge Muñoz. El jueves 4 del presente se decidirá si Urresti es finalmente absuelto o condenado por el asesinato del periodista Hugo Bustíos. De ser condenado, Urresti abandona la contienda y Belmont verá una nueva oportunidad para congregar a un electorado afín. El domingo 7 la definición estará entre Urresti vs. Muñoz o Muñoz vs. Belmont.

Como vemos, ni el elector da muestra de fidelidad con alguna candidatura ni los candidatos se han preocupado por fortalecer sus organizaciones político partidarias. Todo lo contrario, han demostrado ser adictos al “vientre de alquiler”, en función a sus propios intereses. Ojalá que quien resulte finalmente alcalde de Lima no termine convirtiéndose en una frustración más para la Tres Veces Coronada Villa.