Juan José García

El laberinto del Minotauro electoral

El laberinto del Minotauro electoral
Juan José García
26 de noviembre del 2015

Sobre las debilidades y fortalezas del elenco estable

A pocos meses de las elecciones presidenciales la decisión por quién votar se asemeja a la épica aventura de Teseo en el laberinto del Minotauro.

Si asumimos que el elector peruano está preocupado por el porvenir del país, se siente comprometido con el desarrollo de sus compatriotas y valora su voto como el acto democrático más importante, asumiremos también que debe estar sumamente preocupado de cara a las siguientes elecciones.

Tratar de responder por quién votar es entrar en un laberinto inmisericorde donde decenas de variables y criterios de análisis nos hacen ir de un lado a otro. Dudar, molestarnos, animarnos, volver a dudar, para luego, quizás, resignarnos y pensar de nuevo en el “mal menor”.

Me decía un buen amigo que vive en EEUU: “necesitamos a alguien como Macri: exitoso en el ámbito privado, quizás con pocos logros políticos, pero 4 años con su agrupación, 4 años en Buenos Aires, y un equipo joven… la revolución de la alegría”.

“Aquí no existe un Macri”, le dije con no poca pena en el corazón.

“Aquí tenemos a un candidato” -proseguí- “que gobernó 10 años, líder casi monárquico de su partido, tuvo un buen segundo gobierno acompañado por la aún positiva coyuntura internacional, buen político, pero ¿honesto?, eso nunca lo sabremos. Hoy es acusado de graves actos de corrupción y con un plan de gobierno con notados plagios y que -a primera vista- no dice nada. Dicen que ni él mismo se tiene tanta fe como antes”.

“Aquí tenemos a la hija de un ex – presidente, rostro joven pero rodeada de personajes no tan jóvenes que podrían ser más poderosos que ella. Inspira algo de confianza más no algunas personas de su entorno y su pasado. ¿Su mayor fortaleza? ser Fujimori. ¿Su mayor debilidad? ser Fujimori”.

“Aquí tenemos a un economista que ha ocupado importantes cargos públicos y posiciones en el sector privado. De la incomprendida élite limeña para ser sincero. Sin bases partidarias, ni aliados en provincias, ni cuadros políticos para ser claro. Querido ahora por sectores progresistas que antes lo odiaban. Entusiasta en su proceder, muestra al público un documento de su supuesta renuncia a la nacionalidad estadunidense que no tiene fecha y está firmado por una funcionaria que ya no trabaja en la embajada”.

“¿No hay alguien más?”, me dijo mi buen amigo. “Sí”, respondí. “Hay más. Pero son más de lo mismo o gente nueva que no llegará a segunda vuelta salvo que ocurra algo extraño. Por ahora es lo que hay”.

“Qué laberinto”, me dijo suspirando.

Por: Juan Jose García Chau

Juan José García
26 de noviembre del 2015

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