El jardín (descrito por Víctor Hugo)

Foliis ac frondibus es el título bajo el cual Victor Hugo, en su obra Los miserables, desarrolla la minuciosa descripción de un jardín; un jardín que se descubre ante el lector con tal detalle y precisión que uno creería que podría adentrarse en él. Pero además de constituir una muestra de la maestría descriptiva del autor francés, a mi ver es también un ejercicio de observación, porque el escritor no se limita a solo describir con grandes rasgos ese jardín, sino que también se detiene a contarnos la manera en que en él influyen el clima y las horas. 

Los insectos que encontraban guarida en aquel jardín, así como las lagartijas, entre otros animales que rodean y habitan ahí, son de profundo interés para el escritor. Y es que cada uno de esos pequeños seres le da vida al jardín. Y por el contrario, un jardín sin lagartijas ni insectos sería un espacio inerte y gris. Victor Hugo le da vida a ese jardín. 

En un primer acercamiento a este jardín, el autor cuenta que: “Abundaban las malas hierbas, aventura admirable para un humilde trocito de tierra. La fiesta de los alhelíes era soberbia. Nada en aquel jardín le llevaba la contraria al esfuerzo sagrado de las cosas de la vida; el crecimiento venerable estaba allí en su propia casa”.

Luego, parece como si él mismo se hubiese detenido a observar ese jardín, en otro momento del día, y hubiese notado los cambios propios de la luz, del clima, del cambio de la hora. Existe, sin duda, algo mágico en la manera en que Victor Hugo nos acerca a este jardín.  

He recogido dos partes de este capítulo, Foliis ac frondibus, que me gustaría compartir con ustedes, en esta oportunidad. La primera dice: “A mediodía, miles de mariposas blancas buscaban refugio en él, y era un espectáculo divino ver revolotear como un torbellino de copos, en la sombra, aquella nieve viva del verano…”. La  segunda dice: “…y cuarenta años de abandono y de soledad habían bastado para devolver a ese lugar privilegiado los helechos, los gordolobos, las cicutas, las aquileas, la hierba crecida, las plantas altas y gofradas de anchas hojas de paño verde pálido, las lagartijas, los escarabajos, los insectos inquietos y veloces”.

Ese jardín debió ser espectacular.