Juan Sheput
El imperioso recorte del mandato presidencial
El ambiente de crispación política permanece

No tengo la menor duda de que si Pedro Castillo no hubiera cometido el gigantesco desatino de intentar una inconstitucional disolución del Congreso, hoy seguiría siendo presidente. Y los mismos que por tercera vez habrían fracasado en la moción de vacancia estarían dispuestos a impulsar el diálogo que el informe de la OEA había recomendado. Los ministros, esos mismos que cobardemente han abandonado a su suerte a Castillo, estarían paseándose por los medios exigiendo que se cumplan las recomendaciones de la entidad internacional. Castillo habría terminado fortalecido, y los delitos de corrupción que se le achacan, y las nuevas revelaciones que lo sindican como delincuente, seguirían su lentísimo trámite en el Congreso con la desesperación de la Fiscalía.
El destino quiso que Pedro Castillo cometiera un gigantesco error. Un error que le costó la presidencia y que le va a costar su libertad. Intentar un golpe de Estado significó una respuesta inmediata de las principales instituciones, dejándolo solo y sin respaldo, ni siquiera de sus adulones ministros y embajadores, que respondieron con gran cobardía.
No debemos olvidar ese contexto para tratar de reflexionar sobre el futuro inmediato de la política peruana. En conformidad con lo señalado por la Constitución asumió la presidencia de la República la ciudadana Dina Boluarte. La presidenta no cuenta en estos momentos con una bancada oficialista, ha juramentado provocadoramente hasta el 26 de julio del 2026 y está en plena conformación de su gabinete. Los tiempos apremian y sabiéndolo ha reclamado una tregua. Por más buena voluntad que exista de parte de los políticos no creo que esta se le otorgue. Pasado el fin de semana con feriado largo, el viento de la realidad ingresará por las ventanas de Palacio y lanzará por los aires la intentona de consenso y buena voluntad.
Urge, por tanto, contar con un buen gabinete. Al momento de escribir este artículo la propia presidenta había comentado a la prensa que aún no tenía un presidente del consejo de ministros. Sin él, será difícil conformar el consejo de ministros. Cualquier aspirante deseará saber quién va a cumplir con el rol de jefe de gobierno. Y todo indica que hay dificultades para conseguirlo. Creo saber el porqué. Sin un objetivo claro, que desde mi punto de vista debe ser la convocatoria a elecciones generales a la brevedad posible, no habrá ese elemento aglutinador, generador de coherencia, que se necesita. Ojalá lo entienda la presidenta Boluarte.
No tenemos un Congreso a la altura de las circunstancias. El ambiente de crispación permanece. Habrá sectores de izquierda radical que se negarán a dejar el poder. La única solución viable pasa por acortar el mandato y pensar una fecha adecuada para el adelanto de elecciones. Entendido eso podrá conformar un gabinete a la medida de un gobierno de transición. Es lo que se requiere.
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