¡El Gobierno de Castillo y el nuevo superciclo de los metales!

Los especialistas afirman que estamos ante un nuevo superciclo de los precios de los metales, especialmente del cobre y del oro; semejante e incluso mejor del superciclo del periodo 2004-2012. La libra de cobre, para poner un ejemplo, ya supera los US$ 4.80. Si ello es cierto, es decir que estamos ante un nuevo superciclo que durará un buen puñado de años, entonces el gobierno de Castillo tendría entre sus manos la oportunidad para repetir los números de crecimiento anual del PBI del quinquenio del segundo gobierno de García.

No obstante, el presidente Castillo y todo el gobierno de Perú Libre y la izquierda no saben qué hacer con este nuevo superciclo de los precios de los minerales. Si el Perú sabe aprovecharlo, entonces el motor de la minería podría sacarnos más rápidamente de la crisis pospandemia, que se tragó el PBI en dos dígitos. Pero, como repetimos, el gobierno no sabe qué hacer con la minería. Para muestra de ello hay varios botones: cambiar al ministro de Energía y Minas cuando apenas tenía dos meses; el extitular que nos metió en el debate bizantino sobre el denominado criterio de la rentabilidad social, cuando la minería moderna crea per sé beneficios directos. 

El gobierno comunista, en dos meses, ha estado destruyendo la economía peruana ladrillo a ladrillo. El Perú que se jactó de un crecimiento económico que reducía la pobreza como jamás en su historia, predictible como cualquier país con una administración sensata y con políticas públicas serias en materia económica, en tan solo dos meses ha cambiado a un país de incertidumbre. Felizmente Velarde se queda; si no lo hiciera, estaríamos al borde de una argentinización violenta. 

La izquierda fracasará ante este nuevo superciclo de los minerales. De momento no tiene, y es altamente probable que no tendrá, una política reactivadora de la minería que permita construir paz social con los ciudadanos de las comunidades: un nuevo pacto alrededor de los recursos naturales y los presupuestos que genera la renta natural minera. 

De allí entonces que consideremos que ante la eventualidad de que el superciclo de los metales dure algunos años, el gobierno comunista desarrolle los amagues de nacionalizaciones o estatizaciones, cambiando incluso la actual normativa tributaria minera, que hoy obliga a las empresas de la minería moderna a pagar más impuestos que sus semejantes en Chile o Australia.

Castillo le dijo y le dice no a Conga y a Tía María. Su partido, Perú Libre, si aún es su partido de gobierno, quiere nacionalizaciones siguiendo el modelo boliviano, que es todo propaganda, todo ilusión. Es un crimen que el cobre con semejante precio en este superciclo esté dentro de nuestras montañas, mientras hay altas cifras de pobreza en Cajamarca, en Ayacucho, en Apurímac. No hay ni cuarta ni quinta revolución sin el cobre; pero los comunistas prefieren la pobreza y redimir su revolución de octubre en un país de clases medias emergentes como el Perú. Un asalto al cielo del capitalismo popular.

El gobierno comunista debe saber que, por historia, a toda materia prima le llega su hora. Siempre hay sustitutos. Le pasó al guano, al salitre y al caucho. La diferencia es que hoy la minería moderna ha colocado al Perú en los primeros lugares de sostenibilidad y de creación de empleo cumpliendo todos los estándares sociales y ambientales.