El fujimorismo de Keiko

Hoy Fuerza Popular tiene mucho más de Keiko que de Alberto

De alguna u otra manera, la cumbre entre el presidente Pedro Pablo Kuczynski y la lideresa de Fuerza Popular tiene varias interpretaciones, entre ellas que Keiko ha logrado imponerse como la cabeza de lo que podría ser un nuevo fujimorismo y que ya empieza a notarse claramente.

Si recordamos la penúltima vez que Keiko visitó Palacio, fue nombrada por PPK como “la hija de Alberto Fujimori”, en el homenaje a los Héroes de Chavín de Huántar. Esta vez la lideresa naranja ha visitado la casa de Pizarro como la cabeza de un partido político que tiene la mayoría en un poder del Estado como es el Legislativo. Un tremendo mensaje, y no vale soslayarlo.

No obstante, el fujimorismo de Keiko parece distanciarse cada día más del fujimorismo de Alberto. ¿Por qué lo decimos? Quizá lo sucedido en las últimas semanas entre Kenji, Keiko y la mayoría del aparato nos da varios visos. Lo que podría suceder entre los hermanos Fujimori es una pelea entre dos estructuras naranjas que tratan de imponerse una a la otra. Por un lado, la estructura afín a Keiko y por el otro la de los kenjistas, donde figuran varios fujimoristas históricos y de vieja data. De allí que Kenji dirija sus dardos hacia Ana Vega y Pier Figari, dos caras relativamente nuevas que son piezas principales en la estructura del fujimorismo keikista.

Si Kenji encarna el verdadero fujimorismo de Alberto, entonces la aproximación de una pelea entre las dos estructuras naranjas puede ser valedera. Si uno ve la primera línea de ofensiva naranja en el Congreso podrá notar de forma clara que responden a Keiko antes que al viejo albertismo. Hoy Fuerza Popular tiene mucho más de Keiko que de Alberto. De allí se puede entender que solo 17 de los actuales congresistas hayan visitado a Alberto Fujimori.

Ahora, dejando de lado el análisis irracional y apasionado, podríamos estar frente al inicio de un fujimorismo sin Fujimori. Sería una locura sostener que la principal fortaleza de los naranjas sea solo el recuerdo de los gobiernos de Alberto, sin tomar el laborioso trabajo realizado por Keiko durante tres quinquenios. Es más, podríamos atrevernos a decir que la excarcelación de Alberto depende más de los intereses de Fuerza Popular como partido que de los cálculos de la familia Fujimori.

¿Podrá ganar unas elecciones un fujimorismo sin Fujimori? Es difícil de prever. Quizá el veto se extienda y de pronto en los próximos años veamos a un candidato naranja sin el apellido Fujimori que gane una elecciones. En todo caso, todavía es temprano para proyecciones.
 

Iván Arenas

Fotografía: Perú.com