El fracaso de las marchas y el indulto a Fujimori

Al cierre de esta edición podemos decir, sin temor a equivocarnos, que las marchas a favor de Pedro Castillo y en contra del gobierno de Dina Boluarte han sido un completo fracaso. La gran pregunta que surge es por qué semejante derrota. A juicio del suscrito el fracaso de las marchas se relaciona con la absoluta incompresibilidad de la sociología nacional por parte de todo el establishment político, y en particular la izquierda promotora de las protestas. 

La zurda, tanto como en el arco de la derecha, todo indica que no comprende lo que sucede en el Perú real, un país azotado por la criminalidad, la inseguridad, la falta de empleo y el aumento de la pobreza. Las anteojeras ideológicas de la izquierda y la falta de olfato en las derechas les impiden ver que en el mundo popular peruano no existe esa falsa polarización que divide desde casi más de dos décadas a la clase política abstraída en las alturas, hasta el punto de llegar a la guerra de religiones. Las redes sociales son escenario de esas falsas batallitas en una guerra en el Olimpo entre tirios y troyanos.

Ahora, ¿qué tiene que ver el indulto de Alberto Fujimori con todo lo anterior? El indulto a Fujimori podría convertirse en un antes y después (si logra quedarse afuera y no es recluido nuevamente) para terminar con esa falsa polarización que ha envenenado a la clase política en las alturas. Si desaparece la oposición fujimorismo/antifujimorismo entonces se abriría paso a una nueva división ideológica, política o programática que hoy no existe. En el mundo popular y a días de las fiestas navideñas bulle el capitalismo y el comercio y no hay paros o protestas que valgan.

De continuar con la falsa polarización fujimorismo/antifujimorismo la política y las instituciones se envilecerán mucho más. Y de pronto, los mismos que eligieron a Castillo elegirán a Antauro.