El Foro y tú

Mientras escribo estas líneas, el Foro de Sao Paulo se juega completamente auspiciando una enésima algarada, etiquetada con el terrorífico membrete de “Toma de Lima”. Con una convocatoria similar a la de un campeonato mundial de béisbol, con financiamiento escaso, sus organizadores apuestan a reforzar el deterioro de la imagen económica del Perú. Necesitan aún menos crecimiento económico (ver figura A).

Pero recordemos que no son ilusos, gobiernan la región. Necesitan que la incidencia de pobreza peruana explosione y los electores –de rodillas– terminen apostando a que sus candidatos o sus burócratas inclinen una elección ajustada hacia la izquierda. No los subestimemos. Aunque Uruguay resiste; Argentina, Chile y Colombia no están nada cómodos con sus imposiciones regionales. Costa Rica y Panamá ya los conocen. En gran parte de la región (México, Brasil, Venezuela, Bolivia o Nicaragua continúan sojuzgados) el patrón cubano se impondría y resultaría popular en sus peculiares encuestas y elecciones.

Para ellos, imponernos un candidato o afiliar un externo –mediante el derrumbe económico e institucional del Perú– resulta una movida de vida o muerte. Y con este derrumbe el tan simpático y popular Foro totalitario de izquierda tocaría tu puerta, destruyendo tu empleo, tus accesos, tu negocio o tus ingresos. Sería Totus Tuus, en latín.

Sí, estimado lector, hoy lo que nos hace el Foro –y sus intereses– puede dañar severamente la calidad de vida de millones de peruanos, como ya lo hizo en Cuba, Venezuela, la Argentina o en los timoratos México o Colombia. Conviene conocer, más allá de las poses revolucionarias, a qué juega realmente el llamado Foro de Sao Paulo.

Para aclararnos esto nada mejor que revisar la Internet, como fuente supina de referencia, sino de verdad… pero al paso. Existen pocas cosas de lectura tan tiernamente ideologizada que la wikipédica versión de su historia (ver es.wikipedia.org/). Según ella, El Foro de Sao Paulo reflejaría una agrupación de grupos políticos (partidos, aventureros, autócratas, montajes et al) dizque de izquierda de latinoamericana –léase, de izquierda revolucionaria o de extrema izquierda explícita, latente o implícita–.

Fundado oficialmente en 1990, por un partido brasileño vinculado a la corrupción y al clientelismo latinoamericano. De acuerdo con sus fundadores, sus fundadores declaran haberse constituido para llegar al poder (de cualquier forma). Y para ello tienen más de tres décadas enarbolando una bandera muy popular: el combate al inexistente liberalismo sudamericano. Tendremos que reconocer que siempre ha resultado algo muy popular y efectivo eso de declarar que se combate a un fantasma odioso. Al que uno mismo le asigna fechorías. Incluso las realizadas por uno mismo.

Resulta clave reconocer que son un grupo político de estructura hitleriana, maoísta o estalinista. Escoja cualquiera de estos tres dictadores; al que usted prefiera. De hecho, solo los miembros de origen latinoamericanos tienen voz y voto. Los miembros de los países mecenas de Europa, Norteamérica y Asia –léase, los financistas– solo asistirían con voz, recursos financieros, pero no votarían. Salvo, por supuesto, en comisiones claves denominadas comisiones especiales). A buen entendedor, pocas palabras…

Sugestiva y textualmente, cabe recordarse también que, en esta agrupación política nacionalmente transversal, en el momento de su fundación– en 1990– el único miembro que ejercía el poder ejecutivo era el Patrón Ideológico (Partido Comunista de Cuba). Para no perder las ilusiones, treinta y tantos años después, los diversos miembros juegan a las elecciones de cuando en cuando. Como en Corea del Norte, China, Cuba o Venezuela. Eso sí; los mismos contarían los votos. De acuerdo con la narrativa oficial de este grupo político, la elección y consolidación en el poder del dictador Chávez representó la llegada al poder del primer gobierno del Foro. Algo tan cierto como que el primer partido de fútbol se registró en Cuba.

Siendo esto como es. Los invito a revisar los hechos (ver Gráfico B). Y hagamos esta revisión reconociendo nuestra sugestiva performance en términos de prostitución institucional. En los días en los que el Foro de Sao Paulo gobierna el grueso de las naciones de la región notemos como nuestras ratios de Corrupción Burocrática resultan francamente escandalosos. Notemos cómo los discursos revolucionarios –y los pasivos izquierdistoides– van acompañados de niveles tremendos de corrupción. ¿Queremos esto?