Manuel Bernales Alvarado

El espejo Quellaveco*

Reflexiones de hace siete años

El espejo Quellaveco*
Manuel Bernales Alvarado
07 de mayo del 2019

 

Este un racconto que complementa mi artículo de la semana pasada sobre gestión de complejidad.

“Un acuerdo democrático que retrata un momento en la construcción de nueva minería sostenible e inclusiva como parte de la forja de una República Unitaria”. “Un modelo que debe servir de inspiración”. “Por un Perú justo libre solidario y sostenible”

Crece el número de periodistas y expertos que no han participado de las negociaciones en la Mesa de Moquegua, Quellaveco, y que ahora dictan cátedra, analizan, explican, enjuician y sentencian sobre lo ocurrido y pronostican lo por venir. Como persona que recibió el honroso encargo de presidir la Mesa para el análisis del futuro de la minería en Moquegua en representación del Ministerio de Energía y Minas, debo compartir algunas reflexiones e ideas centrales de tan exitoso proceso negociador con todos los miembros de la Mesa, en especial con el Presidente del Gobierno Regional de Moquegua y colegas del equipo gubernamental, MINEM, Jorge Carbajal, Miriam Morales y Miguel Platero, ANA, MINAM, Julio Diaz Palacio, PCM, Pastor Paredes, Proyecto Pasto Grande, organizaciones civiles locales incluidas las de oposición, así como el Defensor del Pueblo de Moquegua, quienes nos empeñamos en una buena coordinación y trabajo en equipo. Pronto hubo publicaciones que no fueron bien documentadas ni consultados los responsables de esa experiencia aleccionadora. Sin valorar menos a más de treinta participantes y colaboradores institucionales, anoto una participación de los delegados de la Empresa, del Observador, Defensor del Pueblo en Moquegua, Hernán Cuba, y de la ciudadana Cristala Constantinides, líder de la izquierda local, a quien dimos la palabra más allá del reglamento, en reconocimiento de la realidad y no de manualismos legalistas.

Suele compararse la situación de Conga-Cajamarca y el “modelo Quellaveco”, para indicar que el acuerdo de la “Mesa de Diálogo sobre el futuro de la actividad minera en Moquegua”, representa algo digno de emular, de repetir. Tanto el proceso, el camino, como el resultado, un acuerdo, no son repetibles: ni calco ni copia son deseables, porque no es posible y cuando se cree posible no funciona, más bien conduce a fracasos. El análisis de casos en que se ha copiado fórmulas institucionales y económicas en distintos regímenes estatales o la comparación de experiencias entre las decisiones iniciales, fundacionales y aquellas creadas a su imagen, revela que el calco y la copia aseguran poco éxito o ninguno. Pero sí son rescatables los principios, la concepción de desarrollo no solo de crecimiento económico, y de seguridad humana y la selección del factor crítico, el agua en la cultura, ideas y creencias de los actores clave, así como las orientaciones, la forma de acción o estrategia, la movilización y manejo de recursos, y no por último menos importante, el respeto entre todos los participantes, varios de los cuales demostraron tolerancia a toda prueba. Criterios, valores e ideas centrales como los expresados sustentaron mi desempeño y tratamos de aplicar metódicamente, día a día, desde que en 2012 me hice cargo de la presidencia de la Mesa por mandato de una Resolución Ministerial de la PCM y decisión del Ministro de Energía y Minas, Jorge Merino Tafur. Después de logrado el objetivo, me llamó a cooperar directamente con él como Asesor del Despacho. Un resultado positivo depende de que una alta dirección nacional, trabajando en la correlación de fuerzas políticas, asegure unidad de conducción, doctrina, inteligencia, metodología y acción de personas organizadas, imbuidas de un ideal y una misión. Casi siempre ocurre que esa alta dirección no se encarna solamente en la institucionalidad estatal, sino que es compartida por otros actores políticos, como un partido o alianza de partidos en el Ejecutivo, como otros agentes con cuotas de poder importantes en distintas esferas de la sociedad y del Estado, en especial, líderes de opinión y prensa. Ver: “La ilusión del buen gobierno”.

http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001368/136856s.pdf

En el Perú de hoy, las claves programáticas e ideológicas del Poder Ejecutivo, desde Humala al Presidente en ejercicio, han sido enunciadas con brevedad y sencillez, de manera que conllevan polisemia que es conveniente para su comprensión e interpretación y aplicación por distintos públicos y en especial, traducible por los funcionarios y especialistas a la luz de las normas legales, de los programas de gobierno votados, de los compromisos y ofertas electorales y de las circunstancias de duración más breve pero intensa. Son ejemplos claros: “el agua es lo primero” ...“el tiempo es agua”... “nueva minería con respeto ambiental e inclusión social”... Estos planteamientos fueron aplicados desde el inicio de su gestión por el ministro citado: “escuchar bien a las comunidades y escuchar bien a los empresarios", para buscar coincidencias y acuerdos duraderos en el marco y metas de la política nacional. Hubo y hay decisiones gubernamentales a través de inversiones, del presupuesto de gastos y en particular de una batería de programas en proceso de adecuación para asegurar cambio y continuidad, así como implantación de nuevas acciones para objetivos que responden a la identidad y máximas valoraciones del gobierno central.

Existen principios que se encuentran en el saber de diversas culturas o civilizaciones para acciones de distinto tipo en diferentes dominios de la vida pública y privada. Desde el funcionamientos de oráculos hasta la dirección de empresas o de ejércitos y sobre todo de lo más complejo, el Estado. Estos principios se han revalorado y refrescado cuando no reinterpretado a la luz del mundo contemporáneo. Por ejemplo, desde que se da el poder y el terror nuclear, ningún estadista ni estratega en su sano juicio querría una guerra mundial porque pierde toda la humanidad, entonces una vieja sentencia de Sun Tzu, en el sentido de que un buen comandante es el que se impone, que vence sin emplear sus tropas, viene a corresponderse con una idea de Cultura de Paz.

Continuamos tropezando con el empirismo y déficit formativo de funcionarios y personas que trajinan en la esfera de lo público, del ámbito estatal. Prácticamente solo quedan carreras públicas en el Poder Judicial, ¡muy venido a menos! como es de público saber, y empequeñecidas y empobrecidas otras carreras. Mientras que en el siglo XIX el sabio hondureño José Cecilio del Valle ministro en México, decía que así como hay escuelas para aprender a cultivar la tierra debería haber y con más razón, escuelas para enseñar y aprender a gobernar, aquí, en un aquelarre anti estatal se han desmontado avances de una institucionalidad estatal estable adaptable y mejorable, esencial para lograr metas de seguridad y desarrollo a largo plazo y una gobernanza democrática perfectible y renovable. Cuando estas instituciones y carreras se “disuelven” o decaen al máximo, siempre habrá intereses particulares o ajenos a la sociedad, que se benefician en perjuicio del Bien Común de la sociedad.

La existencia de un liderazgo regional democrático, informado, flexible, con objetivos de desarrollo, de participación y de seguridad claros, compartidos por una neta mayoría de otros líderes, representó un factor esencial, conditio sine qua non, para el proceso de diálogo, tirante, complejo y contradictorio, que puso de acuerdo a actores con intereses y propósitos diferentes, pero que decidieron armonizarse en lo económico, político, ambiental, social y técnico. El componente técnico y ambiental aportado por GORE Moquegua, por el ANA, el Proyecto Pasto Grande y por la misma Empresa AAQuellaveco fue un elemento objetivo que redujo el margen de la “opinopatía”, induciendo a los participantes a realizar un esfuerzo serio para lograr opinión bien informada. Este liderazgo es inseparable de las realidades y responsabilidades de los otros niveles de gobierno del Estado: el provincial y el distrital.

La descentralización es primero reconocimiento del otro, reconocimiento de derechos y de obligaciones. La Resolución Ministerial de la Presidencia del Consejo de Ministros que creó la Mesa de Diálogo sobre la actividad minera en Moquegua, no hizo sino reconocer y por ende asumir la responsabilidad de apoyarla. Es decir, apoyarles porque “el otro” son varios. Es pluralismo social y político; es, dirían los politólogos, poliarquía, en un contexto y proceso de construcción de una República democrática, salida de una matriz imperial colonial burocrática dominante de cacicazgos y curacas a las que a sangre, fuego y administración de creencias y fe, se impuso un sistema colonial corrompido hasta el tuétano, como se evidencia en el análisis de la feroz conquista y no menos sangrienta independencia de España y ulterior vida republicana. El dramatis personae, (recordaba aquí a Bertrand de Jouvenel en su “Teoría pura de la política”) era y es micro, meso y macro, interrelacionados dinámicamente. El respeto a otros liderazgos, aun los más opuestos a la misión de lograr acuerdos duraderos, o de corte tradicionalista, fue parte del arte y técnica de dirigir y concordar en el escenario elegido por legítimo, legal y efectivo. Uno de los más leídos libros de sicología social durante más de 50 años, Otto Klineberg y añadimos Gordon Allport, enseñan una verdad incómoda para los que creen que el liderazgo es la manía de la notoriedad o la manía de grandeza, (que Louis de Funes ridiculizó en hilarante filme del mismo nombre), es decir, que solo hay un tipo de liderazgo, el de la moda; se reduce el liderazgo a un tipo de liderazgo…que no suele durar. Sobre liderazgos, recuerdo el primer ensayo de Edgar Morin, “The star”, que hace más de cincuenta años Frédéric Debuyst nos invitó a estudiar.

Hicimos un acto de elemental enfoque sociológico: reconocer la realidad no como quisiéramos que fuese sino como es, perspectivista, y apoyamos los aspectos ventajosos de cada uno de los liderazgo dentro y fuera del escenario de la Mesa. Es más, un ensayo de David Tejada de Rivero, que fue Subdirector General de la OMS y Ministro, a partir de su visión estratégica del fútbol, fue inspirador para comprender e interactuar positivamente con el liderazgo más importante en Mesa: el del presidente del Gobierno Regional de Moquegua ingeniero, empresario y deportista.

Otro factor esencial fue el empleo de “inteligencia técnica económica”, que llamé en los setenta, “inteligencia estratégica para la paz y el desarrollo”, en una publicación de la Fundación Friedrich Ebert. "Información es conocimiento", (Sherman Kent); debe ser creíble, comprobable, de la mejor calidad internacional, inclusive certificada, auditada, evaluada por agentes externos bien calificados y aceptados por todos o por una neta mayoría: eso es consenso! No es únicamente consenso, como algunos interpretan, que se haga o decida lo que ellos dicen, por su discurso o por sus presiones indebidas que llegan no pocas veces a heridos y muertos. Así, hubo un aporte adicional destacable de la ANA, del MINAM y del UNOPS/ONU para comprobar la calidad del estudio hidrogeológico de la cuenca del río Asana.

Hay un reto gigantesco en un marco de desconfianza en sociedades más complejas plurilingües como en más de la mitad de nuestros departamentos con gobiernos regionales. Pero no es suficiente ni la información de entes estatales en los que no se confía ni de privados nativos o extranjeros parcializados, que más bien hacen abogacía y buscan incidir en favor de una posición antagónica a la del Estado. Hay que validar todas, científica y humanamente. Aquí por lo común se tropieza con una argucia para la oposición a iniciativas gubernamentales ante la cual hay que producir y hacer circular mejor información, que por hoy es un producto que llega tarde, a veces mal o no nunca. La menor complejidad relativa de la formación social moqueguana facilitó este proceso; es mucho más complicado y difícil en áreas con culturas y lenguas vernáculas predominantes como en la Amazonía o en Cusco, Apurímac y Puno, donde necesitamos de intérpretes o traductores, que si no son bien preparados, será para peor, por algo existe el viejo refrán, traduttore traditore.

La visión del escenario futuro fue piedra angular ¿qué pasaría con o sin inversión minera de buena calidad? Si las ventajas de tenerla son mayores y mejores ¿cómo combinarla a lo largo de todo el proceso del proyecto, desde su preparación hasta después del cierre de mina que se apruebe? Muchas veces he sostenido que un escenario deseable-posible compartido en lo medular de su arquitectura, es fundamental en una perspectiva estratégica de facilitación de acuerdos sostenibles y esto fue compartido especialmente por una clara mayoría de actores moqueguanos que fueron parte de la Mesa, los colegas de la PCM, de la ANA, del MINEM y del MINAM, liderados por un moqueguano de limpia trayectoria local y nacional, Julio Díaz Palacio, así como por el GORE Moquegua, por los jóvenes funcionarios de la empresa AAQuellaveco y no menos relevante, por los representantes de las comunidades de Coscore y Tala.

Sin embargo, resta mucho por trabajar y lograr en términos de modelo de desarrollo y de su estrategia de inversiones, en términos de cuidado y mejoramiento del capital natural, del capital productivo sectorial agropecuario, turístico, de transportes y comunicaciones, de energía, del capital humano, educación de excelencia en todas sus formas y modalidades e innovación, técnica y ciencia, del capital social, en las redes económicas y sociales, y no menos importante, de capital de inteligencia y liderazgo político para una democracia participativa, así como una conducción responsable y preparada para gerenciar la complejidad de su región y de su inserción en el Perú y el mundo a largo plazo, más allá de la duración de las inversiones mineras más grandes, alrededor de 25 o 30 años. Es fácil de advertir en el acuerdo de Moquegua para Quellaveco, que estas formas de capital, de la esfera real de la economía fueron privilegiadas sobre la esfera financiera, que tiene su rol, su razón de ser, su importancia y debe tener una gerencia especializada estable. En vez de discutir sobre cantidades monetarias, el colectivo se concentró en las inversiones de varias formas de capital, priorizando el agua para diversos usos, que son las intervenciones que generan puestos de trabajo durables, mejor remunerados e impulsan el círculo virtuoso del desarrollo, lo que depende de mejores calificaciones de la fuerza de trabajo local.

Un esquema de desarrollo de economía social de mercado, mixta y pluralista, fue y será esencial en reconocimiento de la diversidad de actores más allá del Bicentenario; de relaciones intersectoriales –inclusive internacionales-- para lograr excedentes, consumo apropiado, reinversión de calidad creciente, con mejoramiento y propagación de la educación, ciencia y técnica; requiérese mayor productividad por persona, para construir un esquema de competitividad ampliado, sistémico, del conjunto, no de una minera. En mi mente se repetía un mensaje trascendente de Louis Joseph Lebret: “el desarrollo genuino es solidario, es ser más, tener más y valer más”; por esto no era más importante si la empresa aportaba centenares de millones más o menos, sino lo que esas cifras representan en bienes y servicios duraderos para personas y para gerenciar el ambiente en condiciones de riesgo y complejidad. Por tanto, hay cruciales acuerdos de monitoreo, vigilancia y acompañamiento técnico y social que responde a otra idea que no se ha puesto en relieve: hemos buscado un esquema institucional abierto y perfectible que sirva para que el Estado, sus tres niveles de gobierno y más adelante con otro gobierno regional vecino, Arequipa, puedan beneficiarse en toda la vida del proyecto. Atrás han quedado los viejos esquemas clientelistas de las “relaciones comunitarias”. Esto , en cambio, es construcción y ejercicio de ciudadanía.

Reitero, se prefirió este modelo y vía desde el comienzo, en vez de una visión monetarista, con riesgo de gastar mal e invertir peor. Esto es esencial y debería evaluarse como hipótesis prima y quizás premisa, en otras experiencias y experimentos, en el mejor sentido de la palabra, cuando afirmamos que no hay certezas sino que nos movemos en el mundo de la incertidumbres. Esta es una de las verdades mayores desde los griegos , hasta los pluriversos de Ilya Prigogine, Premio Nobel de Química y gran animador del gigantesco esfuerzo en que nos embarcamos con el liderazgo de Federico Mayor Zaragoza en la UNESCO y de Javier Pérez de Cuéllar presidente de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo que fecundó el informe “Nuestra diversidad creativa”, así mismo de Boutros Boutros Ghali desde su presidencia del "Panel sobre democracia en el mundo de hoy". Alrededor de dos mil millones de soles, aporte inicial, con otras contrapartidas externas, regionales, nacionales, serán para inversiones productivas en el agro y otros sectores, varias formas interrelacionadas de capital según la ONU, según dije antes para cortar la reproducción de la pobreza.

Por último, no puedo menos que rescatar en esta suerte de veloz ayuda a la memoria, primero, la contribución de Sen y Ogata: “La responsabilidad de proteger”; segundo, todo lo que aprendimos en la práctica de la planificación entre los cincuenta y los setenta así como sus renovados alcances e imprescindibles revisiones de fondo y forma, para que de la poda surja la fuerza creativa y circule la savia del saber y del saber hacer. Sigue en mi equipaje el “Manifiesto por una civilización solidaria” de Lebret, nutriendo una visión rebelde, transformadora, liberadora, esperanzadora, del mercado y del Estado en una neoglobalización fracturada. Todo lo dicho demanda con urgencia cubrir el déficit de planeamiento y gestión estratégica del desarrollo y de la seguridad humana en democracia, en todo el territorio y las regiones geoeconómicas, casi siempre más de un Departamento, transformando conflictos y desarrollando actores y responsabilidades a la altura de las demandas éticas y políticas del Perú cerca del Bicentenario. El presente y por lo menos treinta años de producción más el tiempo del cierre de mina se juegan principalmente en el terreno: Moquegua y la mega región andina costera.

 

*Una síntesis de estas reflexiones se puede hallar en "¿Quo vadis Cajamarca?" en El Comercio, Lima, Perú, 30 octubre de 2012.

 

Manuel Bernales Alvarado
07 de mayo del 2019

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