Arturo Valverde

El Cristo del deber

Una reflexión navideña

El Cristo del deber
Arturo Valverde
23 de diciembre del 2021


Para muchos es “el Cristo sanador” que devolvió la vista al ciego, para otros es “el Cristo milagroso” y que venció a la muerte. Sin embargo, si me preguntasen a mí por mi ideal de Cristo, sin duda respondería que es “el Cristo del deber”; aquél que cumplió hasta el último momento con su propósito, aunque este suponía ofrecer su vida en la cruz.

“El Cristo del deber” es ese Cristo que cargó su cruz hasta el Gólgota, y que tal vez pudo abandonarlo todo y vivir como un hombre cualquiera, de espaldas a los problemas del mundo o de su nación, de espaldas a la injusticia, la mentira y el odio, de espaldas a los pobres. Pero convencido de su noble propósito, caminó firme hasta llegar a su meta. 

Es el Cristo que sabía que, aunque algunos dudarían de su palabra, de su verdad, él estaba seguro de que después de su muerte y con su resurrección –hoy dirían “posverdad”–, aquellos que lo negaron y no le creyeron en su momento, más tarde repetirían como el centurión romano a los pies de la cruz: “En verdad este era el hijo de Dios”. Es decir, en verdad este hombre estaba en lo cierto; decía la verdad.

Es ese Cristo que va a soportar escupitajos y latigazos, porque sabe que todos aquellos que defienden un ideal, un propósito en la vida, son víctimas en algún momento de las represalias de quienes siempre han defendido la oscuridad, la mentira; ha sido así desde siempre: la luz contra la oscuridad. 

“El Cristo del deber” nos enseña también que no será sencillo cumplir con nuestro propósito, que la fe en nuestros ideales serán puestos a prueba, que algunos tratarán de detenernos, pero jamás debemos desmayar sino abrazar nuestra cruz, subir con ella hasta lo alto de la montaña, que es la cúspide del cumplimiento de ese deber, la coronación del deber, y porque ese sacrificio será ejemplo de consecuencia en la idea para los demás.  

Ese es el Cristo que siempre ha guiado mi vida, y es el Cristo que quiero evocar y compartir con todos ustedes en estas fiestas navideñas, sobre todo con aquellos que en este momento cargan una cruz donde quiera que se encuentren, pero que lo hacen convencidos de la nobleza de su propósito. A todos ellos, que “el Cristo del deber” los llene de fuerza en adelante y los guíe en ese largo camino hasta el Gólgota, que es la meta final para todos los que cumplen con su deber.

Arturo Valverde
23 de diciembre del 2021

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