Arturo Valverde

Dos marchas, un mismo país

Las de hoy y las de noviembre del 2020

Dos marchas, un mismo país
Arturo Valverde
30 de junio del 2021


Esta suerte de advertencia de que “correrá sangre” en el supuesto de que no se reconozca la victoria electoral del candidato Pedro Castillo, me parece una reacción irresponsable y desesperada ante las recientes movilizaciones de miles de familias que están ganando cada vez más las calles. Un escenario habitual para las protestas organizadas por sectores de la izquierda, y que casi siempre acababan con muertos, heridos y daños a la propiedad pública y privada. 

Yo no ubicaría a los participantes de estas movilizaciones como de derecha o centro derecha. Prefiero hablar de familias peruanas preocupadas por el futuro de nuestro país y que, en este momento, sienten que su compromiso con la democracia y sus sueños pueden ser canalizados por los líderes políticos que quedaron fuera de la lid electoral de este año, por uno u otro motivo. 

Hasta ahora estas manifestaciones han demostrado al mundo que somos capaces de protestar pacíficamente, lejos de la violencia. Pero los rivales políticos, que no comparten las mismas ideas ni visión de la patria, podrían llevar el debate de las ideas a niveles de enfrentamientos similares o peores a los de noviembre pasado. Y en ese caso, las consecuencias podrían ser fatales para nuestra nación. Ni un solo peruano más debería morir como consecuencia del desentendimiento político. 

Sin embargo, no olvidemos que la violencia como método de captura del poder político en nuestro país se legitimó hace poco, cuando después de las protestas de noviembre del año 2020 se nombró al congresista Sagasti como presidente de la República. Con ello, para mí, se demostró que la violencia puede imponer hasta un presidente, aunque sea de transición. 

Quienes participaron de esas movilizaciones de noviembre pasado, hoy pueden contrastar dicha experiencia con las marchas pacíficas recientes que se celebraron en la capital. Tanto en noviembre como ahora, en junio, tenemos a una parte de la población en desacuerdo político con el otro. Sin embargo, la manera en que se condujo la primera dista bastante de la forma en que se manejan las manifestaciones de junio de 2021. Así, el “no me representa” que acabó con la violencia en las calles, se diferencia del “respeta mi voto” que –y esperemos que así se mantenga– se conduce de manera pacífica, en el mismo escenario: la calle.

De otro lado, en contraste también con las protestas que llevaron a la renuncia al presidente Manuel Merino, los líderes de la oposición se han conducido dentro de los márgenes del derecho y la ley que les asiste: los pedidos de revisión de actas, solicitud del padrón electoral, auditorías a la OEA y demás. En oposición, en las marchas del año anterior vimos cómo tristemente algunos líderes políticos legitimaban con su participación, el enfrentamiento contra las fuerzas del orden, al punto de que parecía que pasaban revisión a sus tropas, que se batían en jirones y avenidas del Centro de Lima, acompañados por sus congresistas. Ese mal ejemplo, no debe repetirse. Por el contrario, la paz y el entendimiento político debe prevalecer en nuestra nación.

Arturo Valverde
30 de junio del 2021

NOTICIAS RELACIONADAS >

Los rostros de Stendhal

Columnas

Los rostros de Stendhal

Querida hermana:  Leo la obra de un genio. El libro, como record...

30 de abril
Una propuesta inmoral

Columnas

Una propuesta inmoral

Querida hermana: Comencé a leer la novela La cartuja de Parma,...

22 de abril
¡He visto la guerra!

Columnas

¡He visto la guerra!

La violencia y el horror que caracteriza a la guerra (y que alg&uacute...

16 de abril

COMENTARIOS