Dos ideólogos putinianos

Según varios analistas, el presidente Vladimir Putin suele leer y citar al filósofo Iván Alexandrovich Ilyin, uno de los principales referentes del nacionalismo contrarrevolucionario de Rusia en los siglos XX y XXI. Para Slavoj Zizek, Iván Ilyín es “el autor de cabecera de Putin”, cuyas obras se están reimprimiendo y se distribuyen entre apparatchiks estatales y conscriptos.

Un segundo filósofo influyente es Aleksandr Dugin, “el pensador de la nueva Rusia de Putin” como se le conoce en círculos intelectuales o ’el Rasputín de Putin’, como ha escrito Hinde Pomeraniec en su libro Rusos de Putin. No obstante, se ha señalado que “Dugin no es ni asesor ni filósofo de cabecera del presidente Putin” (Nicolás de Pedro, senior fellow en el Institute for Statecraft de Londres y autor de un perfil de Dugin en Letras Libres).

Iván Alexandrovich Ilyin: guía del nacionalismo ruso 

Ilyin nacido en Moscú en marzo de 1883, se convirtió durante el siglo pasado en ideólogo del movimiento monárquico opuesto a la revolución comunista bolchevique; fue perseguido por los totalitarismos europeos de la época y criticado por los liberales de Occidente. Hoy, en pleno siglo XXI, es reconocido como guía del nacionalismo ruso frente a la ‘expansión liberalista’ que los dirigentes de Estados Unidos persisten en instalar desde hace décadas a través del hegemonismo económico, de la cultura de masas y del identitarismo occidentalista. (Sergio Fernández, historiador chileno, Emol, 28 de febrero de 2022)

Se sostiene que Putin se inspiró en Ilyin para fundamentar la orientación y conducción en la que ahora está empeñado. Su pensamiento ha incidido fuertemente en la ‘concepción putiniana’ sobre el poder, justificando determinadas limitaciones y constituyendo un antídoto a las políticas occidentales sobre libertades, derechos y objetivos del Estado.

En palabras del citado Fernández, las ideas y escritos de Ilyin validaron el poder y liderazgo de Putin, “cuyo objetivo sería fortalecer el Estado y lograr su renacimiento espiritual, promoviendo valores y normas conservadoras". 

Zizek, por su parte, afirma que: “Ilyin” –tras ser expulsado de la ex-Unión Soviética a principios de los años veinte–- propugnó una versión rusa del fascismo, donde el Estado es una comunidad orgánica guiada por un monarca paternal y la libertad consiste en conocer el lugar que le corresponde a cada cual”.

Aleksandr Dugin: filósofo del eurasianismo y La Cuarta Teoría 

La importancia de Aleksandr Dugin en tanto, radica en ser uno de los principales aliados estratégicos de la ‘causa rusa’ que él ayudó a diseñar como asesor del presidente de la Duma Estatal de la Federación Rusa entre 1998 y 2003, y como jefe del Departamento de Sociología de las Relaciones Internacionales en la Universidad Estatal de Moscú entre 2009 y 2014. (Nicolás Mavrakis, Infobae, 10 de octubre de 2020) 

En 1997 publicó Los fundamentos de la geopolítica, libro que contiene un listado de tareas que debieran acometerse para recuperar la grandeza de su país frente al mundo trasatlántico. Dicho texto lo han estudiado sucesivas promociones de estrategas políticos y militares. A raíz de ello, Dugin fue invitado a preparar informes para varias instituciones del Estado y a impartir docencia en la Escuela Superior del Ejército. 

De acuerdo al estilo directo que le caracteriza, ha declarado: “soy el enemigo de la hegemonía liberal occidental porque critico sus tesis. Yo defiendo la multipolaridad y el pluralismo de las civilizaciones. No sé si existe una verdad... pero seguro que no es la verdad del liberalismo”. (entrevista, El Confidencial, 8 de septiembre de 2019)

Su aporte medular como sociólogo y filósofo, afín a las aspiraciones de Putin, es su famoso constructo ‘La Cuarta Teoría Política’. Esta contiene una superación de las tres grandes ideologías del siglo XX (el liberalismo, el comunismo y el nacionalismo) que, por sus visiones distorsionadas del individuo, la clase y la nación, han demostrado ser insuficientes para integrar política, cultural y espiritualmente a una región tan vasta como la euroasiática, área sobre la que Rusia intenta construir un bloque de oposición a la globalización liberal liderada por Estados Unidos. El núcleo que da sustento a la expansión reside en la hipótesis de que Rusia es una civilización distinta de la occidental. 

Como ideólogo ha defendido el regreso de una Rusia imperial a través del eurasianismo y ha propuesto para ‘el despertar geopolítico’ de la misma, junto con el eurasianismo, la mencionada ‘Cuarta Teoría Política’ y otra relativa al mundo multipolar. 

Para este teórico ruso, “si liberamos al socialismo de sus rasgos materialistas, ateos y modernistas, y si rechazamos los aspectos racistas y xenófobos de las doctrinas nacionalistas, llegamos a un nuevo tipo de ideología política”. El objetivo, por supuesto, es imaginar una manera nueva de enfrentar al viejo enemigo triunfante. (Charla en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, año 2017)

A partir de su enfoque, Rusia debería aspirar a conservar, proteger y liderar, con una perspectiva imperial, una identidad común entre la diversidad de países, etnias, comunidades, religiones e incluso Estados bajo su influencia en Europa del Este y Asia. En un mundo dividido en civilizaciones, la ‘civilización de la tierra euroasiática’ dirigida por Rusia resultaría la mejor opción para defenderse ante el imperialismo de la “civilización marítima atlántica” dirigida por los Estados Unidos y sus aliados. La teoría del mundo multipolar significa enfrentar al mundo unipolar del liberalismo encabezado por Estados Unidos. Toda la obra de Dugin confluye en torno a ese objetivo. Leerlo es ciertamente muy ilustrativo.

Dugin: el complemento posmoderno de Ilyin 

Al precisar que Ilyin no es el único referente intelectual de Putin, el esloveno Slavoj Zizek ha dicho que: “Aleksandr Dugin, el filósofo de la corte de Putin, sigue muy de cerca los pasos de Ilyín, añadiéndole un complemento posmoderno de relativismo historicista”: 

“[…] las así llamadas verdades son cuestión de creencia. Creemos en lo que hacemos, creemos en lo que decimos. Y ese es el único modo de definir la verdad. Nosotros tenemos nuestra verdad especial rusa, y ustedes tienen que aceptarla. Si Estados Unidos no quiere iniciar una guerra, tienen que reconocer que Estados Unidos ya no es más el único amo. Y (con) la situación en Siria y Ucrania, Rusia está diciendo ‘ustedes ya no son el que manda… Es la cuestión de quién domina el mundo. En realidad, solo la puede decidir una guerra. (Slavoj Zizek, “¿Qué significa defender a Europa?”, El Comercio, Perú, 5 de marzo de 2022)

Putin y su propia verdad, según Zizek 

Esa idea de que “cada ‘modo de vida’ tiene una verdad propia” es lo que vuelve a Vladimir Putin atractivo para los políticos populistas de derecha. Al respecto, agrego (mi opinión): también lo es para los populistas de izquierda. 

A juicio de Zizek la ‘verdad rusa’ es “un mito conveniente para justificar la visión imperial de Putin”. “El mejor modo que tiene Europa para contrarrestarla es tender puentes con los países en desarrollo y emergentes, muchos de los cuales tienen una larga lista de quejas justificadas contra la colonización y la explotación por parte de Occidente”. Entonces, no basta con defender a Europa. “La verdadera tarea es persuadir a otros países de que Occidente puede ofrecerles mejores opciones que Rusia o China. Y el único modo de lograrlo es cambiarnos a nosotros mismos, mediante una erradicación implacable del neocolonialismo, incluso cuando se presenta en la forma de ayuda humanitaria”. (Slavoj Zizek, artículo: “¿Qué significa defender a Europa?”) 

Dos esferas en conflicto: un legado que nos afecta 

Desde la visión analítica de Zizek hay pues, una competencia mundial que se está librando por la influencia geopolítica: “nuestros medios y élites la presentan como un conflicto entre una esfera ‘liberal’ occidental y una esfera ‘eurasiática’ rusa, pasando por alto el conjunto mucho más grande de países (en América Latina, Medio Oriente, África y el sudeste de Asia) que están mirándonos con mucha atención”.