Martin Santivañez

Discursos feministas

Discursos feministas
Martin Santivañez
05 de junio del 2015

Sobre la absurda invocación del feminismo en defensa de Nadine Heredia.

Como pariente cercano del comunismo, el feminismo radical también configura un proyecto totalitario. El autoritarismo feminista se manifiesta en su incapacidad para vivir en democracia. Las feministas imponen, no exponen. De forma maniquea, pretenden que el prisma ideológico que utilizan sea asumido como parte de un pensamiento único. La tiranía de lo políticamente correcto también se alimenta de este feminismo de cartón, que sesga artificialmente la naturaleza promoviendo el odio político hacia todo lo que no comulga con su postura. Semejante radicalismo es indefendible porque, mientras se victimiza, ataca sin cuartel a todo aquél que lo contradice.

En estos días de crisis política no han faltado las voces convenidas que se han amparado en el discurso feminista para indicar que todos los ataques a Nadine Heredia tienen como telón de fondo una misoginia apenas contenida. Así, discrepar con el humalismo, señalar los graves errores políticos de la copresidenta y denunciar los vicios de origen de los Humala son ataques directos a la mujer, no a su acción política. Según este discurso “feminista” no se debe cuestionar al humalismo porque ello equivale a realizar un acto de “violencia” contra Nadine.

Como es obvio, el argumento es tan burdo, que basta con utilizarlo a la inversa. Lourdes Flores, Keiko Fujimori y Martha Chávez, por citar unos ejemplos muy concretos, han sido despiadadamente atacadas por la izquierda peruana sin que este discurso convenido e hipócrita surja ni por asomo. Así las cosas, cuando nuestra progresía ataca a una mujer por motivos políticos nada sucede. Cuando la oposición señala los errores políticos de la copresidenta, los mismos que utilizaron videos denigrantes para ganar campañas electorales se rasgan las vestiduras. Habría que recordarle a la señora Susana Villarán los dulces calificativos con los que adornó a Lourdes Flores durante la campaña en la que ella resultó ganadora, para desgracia de Lima.

El verdadero feminismo reconoce el valor infinito de la mujer sin memeces demagógicas ni aspavientos pseudo-democráticos. Lo cierto es que la primera dama se encuentra, por su propia voluntad, bajo el escrutinio del país. Los medios de comunicación, la oposición y su propio partido tienen todo el derecho de pedir explicaciones razonables sobre conductas negligentes y torpes. Y si los delitos exigen una consecuencia jurídica, los errores tienen que manifestarse en una clara responsabilidad política.

Responsabilidad política es lo primero que se exige ante el escándalo protagonizado por Nadine Heredia mientras se dilucida el alcance jurídico de sus actos. Con todo, los asesores del humalismo tendrían que reconocer que ciertos apoyos, los de la demagogia feminista, más que bocanadas de aire puro, son ventarrones de estupidez.

 

Por Martín Santiváñez Vivanco

05 – Jun – 2015

Martin Santivañez
05 de junio del 2015

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